
¿Quién controla a este gigante? ¿Quién audita a la FIFA? ¿Ante quién rinde cuentas? Ante nadie. Hace lo que le da la gana. Las elecciones para elegir al presidente de la FIFA son una pantomima. No se da opción a hablar a los candidatos. Todo está perfectamente atado y bien atado entre los delegados de las federaciones de fútbol que son los que votan una vez han sido convenientemente untados por el establishment oficial de Blatter. ¿Por qué no votan todos y cada uno de los jugadores profesionales de fútbol sobre quién quiere que dirija la organización en unas elecciones libres, representativas y democráticas? En los últimos 40 años solo ha habido 2 presidentes de la FIFA, Havelange y Blatter. Si ya en política democrática, un mandato de 20 ó 24 años se considera nada saludable por las prácticas clientelares, amiguismo, opacidad y corruptelas que se generan durante tanto tiempo en un cargo, qué decir de una organización tan poco democrática como la FIFA donde no sabemos lo que ingresan, lo que gastan, lo que ganan sus directivos o la limpieza de las votaciones para elegir sede de un Mundial. Que haya tenido que ser el FBI el que haya metido mano a esta organización acusando a directivos con pruebas de soborno, chantaje, fraude o blanqueo de dinero da idea de la impunidad con la que se mueve la organización que rige el fútbol mundial.
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