
En el reportaje sobre Villar de EPS del 7 de enero, se observa el retrato de un caudillo. Este señor se ha considerado un Jefe de Estado durante todo su mandato. Y así ha actuado. No en vano la FIFA se considera un estado más del mundo. El problema de las federaciones deportivas, y más las de fútbol, es que se consideran intocables, no rinden cuentas a nadie y los presidentes establecen ahí su cortijo particular. De ahí que amenacen y chantajeen a los gobiernos de los países con excluir a las selecciones de las competiciones. No hay democracia en estas instituciones y los cargos se eternizan. El estar 29 años en una institución, cualquiera que sea ésta, ya de por sí es corrupción. Villar dice ser cristiano practicante pero alberga mucho odio, mucho resentimiento y nada de autocrítica. El fúrbol y los álbitros en este país necesitan limpiarse, airearse y democratizarse. Me parece escandaloso que diga que no ha habido corrupción ni en la FIFA ni en la UEFA cuando se han demostrado las barbaridades atribuidas a tipos como Blatter o Platini. Desgraciadamente los pobres tontos aficionados nos enteramos de una mínima parte de todo lo que se cuece en esas instancias. Limpieza, transparencia o rendición de cuentas no son palabras muy usadas en las federaciones deportivas porque se creen entidades al margen de la ley.
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