Hoy cumple años, nada menos que 65, el número uno, el más grande de los porteros que ha dado este país, Don Luis Arconada Etxarri, el ídolo de toda una generación. Su carisma dentro y fuera del terreno de juego le convirtió en un auténtico fenómeno social. Evidentemente no puedo ser objetivo cuando hablo de Arconada. Marcome, como dirían los gallegos, y uno se aficionó a esto del balompié al ver volar a tipos como éste. Tenía unos reflejos portentosos, una colocación extraordinaria y salía bien por alto, cosa que se echa muy en falta en los porteros de hoy en día. Siempre diré y pensaré lo mismo: desde el día en que se retiró no ha habido suficientes porteros en el mundo para ocupar el hueco que dejó en la portería. Felicidades Don Luis.


A medida que llegaron los títulos a las vitrinas de la Real, la popularidad del meta creció rápidamente. Era frecuente verle firmar autógrafos rodeado de multitud de niños allá donde viajaba, daba igual la ciudad. Pronto se convirtió en el primer gran jugador del que todo el mundo quería tener su camiseta y muchos españoles de esa generación se hicieron seguidores de la Real gracias a la carismática figura del capitán.
En la Selección Española fue el portero titular durante ocho años y llegó a ser el jugador con más internacionalidades en 1982. En esa época, recibió la Medalla de Oro al Mérito Deportivo, sirviendo de inspiración a futuras generaciones de arqueros como Iker Casillas, con el que frecuentemente ha sido comparado por sus cualidades, o Palop, que no dudó en enfundarse la camiseta de su ídolo de la infancia para celebrar la Eurocopa de 2008. Emotivo gesto con el que, de alguna manera, se homenajeaba a una generación de jugadores que se quedaron a las puertas de conseguir la gesta en 1984.
Jugando con la Real, Arconada sufrió una grave lesión en agosto de 1985, en un partido celebrado en Atotxa frente al Celta. En un lance del encuentro se rompió el ligamento cruzado anterior y el menisco externo de la rodilla derecha, una terrible noticia. Tuvo que pasar por quirófano y ser operado por el prestigioso doctor Guillén. La complicada recuperación le mantuvo apartado de los terrenos de juego seis meses. Se perdió así toda la temporada y, con ello, la posibilidad de regresar a la Selección de Miguel Muñoz. A pesar de ello, en el tramo final de su carrera, Arconada aún tuvo tiempo de ganar un último título con la Real Sociedad, la muy celebrada Copa del Rey de 1987 en la Romareda, contra el Atlético de Madrid. Aquella noche, el capitán fue decisivo una vez más, y en la tanda de penaltis atrapó el balón que le dio el triunfo al equipo dirigido por Toshack.
Miguel Ángel Fernández (As, 21/03/2019)
https://www.mundodeportivo.com/futbol/real-sociedad/20190626/463109765265/la-semana-magica-de-arconada.html
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