Un australiano gana el Giro

No creo que pase a la historia este Giro. ¿Quién iba a decir antes de empezar allá por el 6 de mayo en Hungría que un australiano iba a ganar esta edición? No entraba ni en las quinielas más optimistas la victoria de Jai Hindley. Nadie daba un duro por él. Cierto es que hace dos años se quedó a las puertas en aquel Giro pandémico que se saldó con la victoria de otro desconocido, Tao Geoghegan Hart. Ha sido un Giro soso, anodino, en el que a los grandes no se les ha visto. El gran derrotado es Richard Carapaz. Fue líder hasta la penúltima etapa en la Marmolada donde sucumbió inexplicablemente y Hindley subió más que él y ha aguantado hasta el final como el más regular. El podio lo integran: Hindley, Carapaz y Mikel Landa. El alavés ha estado regular en todas las etapas y de ahí ese podio. Que tres viejunos como Nibali (37), Pozzovivo (39) y Valverde (42) hayan hecho 4º, 8º y 11º respectivamente en la clasificación general denota la baja calidad de esta edición.

De entrada era un Giro sin muchas estrellas. Y a eso le sumamos los abandonos por enfermedad o bajo rendimiento de Miguel Ángel López, Romain Bardet, Tom Dumoulin. Simon Yates y Joao Almeida, pues nos queda un Giro muy descafeinado. Los tres que estaban mejor subiendo han sido Hindley, Carapaz y Landa, y solo Hindley ha conseguido ganar una etapa, la que terminó en el Blockhaus sprintando con los otros.

En lo positivo, destacar que metemos a tres españoles entre los 10 primeros de la general: Landa tercero, Pello Bilbao, quinto y Juanpe López décimo. Este ciclista andaluz se lleva además el maillot blanco de mejor joven así como el hecho de haber lucido la maglia rosa durante diez etapas. 

Vincenzo Nibali ha hecho cuarto. A la vejez, viruelas. El año de su retirada queda cuarto en la general del Giro. Ha estado El Tiburón peleón aunque le ha faltado ganar una etapa.

La maglia ciclamino de los puntos es para Arnaud Démare, quién ha sido el mejor en las volatas, ganando tres etapas e imponiéndose claramente a Cavendish, Van der Poel o Gaviria, los cuáles han terminado la carrera y no se han ido para casa.

La maglia azzurra de la montaña ha ido a parar a un desconocido, el holandés Koen Bouwman, quién ha ganado dos etapas, y ha salvado los muebles del Jumbo-Visma, quién acudía con Dumoulin o Tobias Foss, y el primero abandonó y al segundo no se le ha visto.

Simon Yates ha ganado dos etapas, la contrarreloj inicial y la etapa terminada en Torino, pero es tan irregular que se deja una minutada y al final terminó abandonando. Con la última etapa de Sobrero, el BikeExchange se ha llevado tres etapas. También el Alpecin-Fenix de Van der Poel ha hecho lo propio con tres triunfos, del ya nombrado, Stefano Oldani y Dries de Bondt.

No ha habido ningún triunfo de etapa español. Lo más cercano ha sido un segundo puesto de Juanpe López. Y Valverde termina undécimo en la general de su último Giro con 42 años. No se le puede pedir más. Lo más grave es que Movistar no tenga recambio para el murciano. Se ha visto algo a Pedrero en alguna fuga y muy poco a Sosa. Y ya está. No hay más. Es lo que hay.

Por último, respecto a la clasificación por equipos se ha visto un interesante duelo entre Bahrain-Victorious y BORA-hansgrohe que se ha saldado con la victoria de los primeros gracias a la regularidad de Landa y Bilbao. Ojo al BORA que este año está que se sale. Aquí han destacado Hindley, Buchmann, Kämna y Kelderman. Se llevan la general y dos triunfos de etapa. Pero es que tienen en la recámara para otras grandes vueltas a gente como Higuita, Vlasov o Bennett. 

El fracaso lo representa el INEOS Grenadiers. Venían con la vitola de favoritos y les han robado la cartera en la penúltima etapa. Se van vacíos del Giro, sin general y sin triunfo de etapa.