
Eso sí, su marido recibe más de dos millones en subvenciones y eso no son mamandurrias. Y ella lleva más de 30 años viviendo del erario público, tan liberal como se proclama y eso tampoco son mamandurrias. Y para colmo de cinismo se atreve a acusar a la candidata Carmena de apoyar a ETA, cuando esta jueza luchaba contra el franquismo, contra la dictadura, se salvó de los asesinatos de Atocha cuando la señora Aguirre estaría estudiando en un colegio de pago o estaría bien a gustito con el régimen dictatorial. Por aquel entonces, ¿dónde estaba la condesa Aguirre? Pues estaría estudiando en un colegio pijo de Madrid con su amigo Arturito Fernández, al que luego le vendía quesos la empresa del marido de Aguirre. Tampoco me la imagino corriendo delante de los grises a la condesa. ¡Cómo tendrá tan poca vergüenza esta tía!
Tiene la piel muy fina para lo que quiere. Lo que yo me pregunto es si esta tía se va a conformar con un sueldo de concejala rasa en el Ayuntamiento de Madrid después del próximo domingo, que es lo que le va a tocar. Puedo apostar a que no dada la soberbia y la arrogancia de las que hace gala. Ahí tiene que haber gato encerrado. Esta tía no vuelve a la política para perder dinero. Por eso no quiere que nadie sepa los bienes que tiene, su declaración de patrimonio.
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