
Y en ese resto encuadramos y destacamos a Alejandro Valverde sobre los demás, del que ya va siendo hora de que consiga podio en el Tour de Francia, y aborde el segundo cajón, puesto que el primero se antoja inalcanzable. El murciano debe mostrar su superioridad a ese dúo francés que se ha crecido porque por primera vez en quince o dieciséis años creo, pueden colocar a un local en el podio de su carrera. El dúo al que aludo son Romain Bardet y Thibaut Pinot, jóvenes ciclistas franceses que son las esperanzas de futuro de un país que desde la retirada del caimán Hinault allá por el 86 o el posterior Fignon, no ha visto días de gloria en lo más alto para sus paisanos.
Si el murciano Valverde no se viene abajo y sabe contener el ímpetu de este pelotón seguidor, sobre todo de Pinot, que creo que es el que más le puede atacar la segunda plaza del cajón, podrá llevarse el gato al agua y conseguir por primera vez en su historia podio en los Campos Elíseos de París. Después hay una pléyade de secundarios que están ahí pero que les falta un peldaño para dar el salto, llámense Van Garderen, Rui Costa, Bauke Mollema, Jurgen Van den Broeck o el decepcionante Richie Porte, la gran esperanza blanca del Sky tras el batacazo de Froome.
Todas estas bajas y desgracias habidas en el Tour, hacen que la Vuelta configure un cartel de lujo, el cual a la espera de si Contador pueda recuperarse de su fractura de tibia (que sería milagroso), va a alistar artistas de la talla de Nairo Quintana, vencedor del Giro, Betancur, Froome y Wiggins (dos gallos en el mismo corral), Joaquín Rodríguez, y quién sabe si Rigoberto Urán, más luego lo mejor de los sprinters del momento como Cavendish (inédito en este 2014 en grandes vueltas), Bouhanni, etc...
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