

Fue descubierto por Zygmunt Zabierzowski, un entrenador polaco afincado en la isla caribeña, que le convenció para que se pasara al atletismo. Sólo un año después de empezar a entrenar, participó en la prueba de 400 metros de los Juegos de Múnich 72, donde fue eliminado en semifinales. Por su fuerza y potencia, lo llamaban ‘El Caballo’ en Cuba. Otro de sus secretos era su zancada, que estaba entre los 2,7 y los 2,9 metros. Una barbaridad.
En los Juegos de Montreal 1976 consiguió el oro en 400 y 800. Fue el primero en conseguirlo y nunca nadie lo ha vuelto a conseguir. Había empezado en el mismo 1976 a correr los 800. No sólo ganó el oro, sino que también estableció un nuevo récord del mundo (1:43,50). El récord duró algo más de un año y lo batió el propio Juantorena, en Sofía, Bulgaria (1:43,44). Esta marca duró hasta julio del 79, cuando lo batió Sebastian Coe (1:42,33).
Sus triunfos en Montreal los dedicó al comandante Fidel Castro y a la Revolución Cubana. En sus funciones de miembro del COI, se deja ver mucho en entregas de medallas en Mundiales y Juegos Olímpicos.
Se retiró en 1983, tras una lesión en un pie. Además de su brillante carrera deportiva, Alberto Juantorena se graduó de Licenciatura en Economía, en la Universidad de la Habana. Sus conocimientos económicos y administrativos, así como su compromiso personal con el gobierno revolucionario cubano, le valieron un puesto elevado en el INDER (Instituto Cubano de Deportes, Educación Física y Recreación, con rango de ministerio), donde ascendió rápidamente hasta convertirse en Vicepresidente, además de ser el Presidente de la Federación Cubana de Atletismo, lo que significó su inclusión en la nómina del Consejo de la IAAF, siendo elegido como uno de sus vicepresidentes en el año 2015.
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