
El tiempo pasa que es una barbaridad. Lo que hace un año era noticia, ahora ya está pasado de moda. Los tiempos en política cambian de un día para otro en un abrir y cerrar de ojos. Resumiendo la situación política nacional diría algo así: Rajoy o la insoportable levedad del ser. Rivera o el convidado de piedra. Iglesias Turrión o el colmo del cinismo y el narcisismo. Y el PSOE, ¿qué decir del PSOE? Pues que entre todos le mataron y él solito se murió. Ya he expresado en posts anteriores lo que pienso de la situación política nacional. No es cuestión de insistir. El panorama es desolador en el redil socialista y no veo solución a corto plazo. La solución pasaría, como ya he dicho miles de veces, por un mirlo blanco. Lo malo es que los mirlos blancos no existen.
Cada año que pasa siempre suelo recordar a la gente que se ha ido. Decía Jardiel Poncela que en este país los muertos siempre salen a hombros. Y no le faltaba razón, en algunos casos por muy mal que lo hayan hecho en vida, su entierro se convierte en una especie de ajuste de cuentas, de cuitas con los que un día u otro le criticaron con razón al difunto incluso siendo de los suyos. Suele pasar en este país de hipócritas y cínicos a tutiplén. Ha habido algún caso que por respeto no voy a nombrar.
Yo solo voy a recordar a aquellos que han significado algo especial en artes tan diversas como puedan ser el cine, el deporte y la música y algún que otro personaje célebre que haya pasado a la Historia. Mi pasión cinéfila me hace recordar aquel programa de los ochenta de Terenci Moix, titulado Más estrellas que en el cielo y como tal este 2016 ha sido horrible, sobre todo esta última semana.
Internacionalmente se fue gente como George Kennedy, Bud Spencer, Michael Cimino, Abbas Kiarostami, Garry Marshall, Gene Wilder, Robert Vaughn o Zsa Zsa Gabor entre los más significativos. Y esta última semana del año nos dejó la mítica Princesa Leia, Carrie Fisher y al día siguiente (como si hubiera sido de pena), su madre, Debbie Reynolds.

La música también se ha visto huérfana de genios de valor incalculable como David Bowie, Black, Keith Emerson, Manolo Tena, Prince, José Menese, Leonard Cohen o George Michael.
Las letras han despedido a Harper Lee, la excelente autora de Matar a un ruiseñor, Umberto Eco, Imre Kertesz, Darío Fo, Francisco Nieva o Marcos Ana.

Y en el terreno político se ha ido Simon Peres o el ya aludido Fidel Castro, el comandante de la Revolución Cubana.
Adiós 2016. ¡Tanta paz lleves como descanso dejas!
Me sentenciaron a 20 años de aburrimiento por intentar cambiar el sistema desde dentro.
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