Hoy cumple años una leyenda de la composición musical para cine. Estamos hablando del señor John Williams, que cumple 85 años. Se trata de la única persona viva con más nominaciones al Óscar, con 50, sólo superado por Walt Disney. De esas 50 nominaciones, sólo ha conseguido el Óscar en 5 ocasiones. La primera en 1971 por la banda sonora adaptada de El violinista en el tejado. Las cuatro restantes vendrían de su asociación con el rey Midas Steven Spielberg: Tiburón (1975), La guerra de las galaxias (1977), E.T., el extraterrestre (1982) y La lista de Schindler (1993). Desde esta última, hace 24 años no ha conseguido el Óscar, a pesar de haber estado nominado en múltiples ocasiones.
La irrupción de John Williams en la composición de bandas sonoras allá por la década de los 70 y 80 del pasado siglo supone la vuelta a la composición sinfónica, la vuelta de la orquesta sinfónica al cine emulando así a los grandes maestros de la composición orquestal de las décadas de los 40 y 50, gente como Alfred Newman, Dimitri Tiomkin o el majestuoso compositor húngaro Miklos Rozsá, autor de las grandes superproducciones de la Metro en el Hollywood dorado.
John Williams frente a las nuevas tecnologías que se imponían en aquellos momentos como el uso del sintetizador (véase Vangelis), introduce la orquesta sinfónica como elemento diferenciador por su brillantez y rotundidad. Fruto de su trabajo son las películas antes citadas y otras como Superman, la saga de Indiana Jones o la de Harry Potter, o Parque Jurásico.
Sus composiciones forman parte indeleble de la Historia del Cine. Yo, a modo de botón de muestra, me quedo, con la banda sonora por la que obtuvo su último Óscar. Es precioso escuchar como lloran los violines. Como diría el gran Johan, te pone la gallina de piel.
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