Y siguiendo con las efemérides de hoy hay que felicitar a Europa. Bueno, no es exacto el titular porque el viejo continente es mucho más amplio y tiene miles de años de edad. La que cumple 60 años es la Unión Europea. Un 25 de marzo de 1957, se firman los Tratados de Roma: el Tratado de la Comunidad Económica Europea y el Tratado de la Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM). Ambos Tratados junto con el de la CECA que se había firmado en 1951 dieron origen a las Comunidades Europeas. Todos ellos fueron el embrión de lo que hoy conocemos como Unión Europea.
Hay que decir que la idea original partió del ministro de exteriores francés Robert Schuman, cuando el 9 de mayo de 1951 propuso un pacto para ayudar a reconstruir las economías europeas y evitar la guerra. Así nació el Tratado de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero. La aventura europea fue iniciada por 6 países: Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos. Era una forma de desterrar la desconfianza surgida entre países vecinos tras la Segunda Guerra Mundial tras años y años de enfrentamientos y una oportunidad para afianzar relaciones de cooperación en un proyecto de convivencia que iba más allá de las fronteras físicas de los países.
Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Luxemburgo y los Países Bajos comenzaron a negociar el tratado. El Tratado constitutivo de la CECA se firmó en París el 18 de abril de 1951 y entró en vigor el 23 de julio de 1952. El Tratado expiró el 23 de julio de 2002, después de cincuenta años, como estaba previsto. El mercado común fue abierto el 10 de febrero de 1953 para el carbón, el mineral de hierro y chatarra y el 1 de mayo de 1953 para el acero.
Otras dos comunidades fueron propuestas; una Comunidad Europea de Defensa (CED) y una Comunidad Política Europea (CPE). Si bien el tratado para que éste estaba siendo elaborado por la Asamblea Común de la CECA, el CED fue rechazada por el Parlamento francés. Jean Monnet, una de las principales figuras detrás de las comunidades, dimitió de la Alta Autoridad en protesta y empezó a trabajar en otras comunidades, sobre la base de la integración económica en lugar de la integración política.
Como resultado de la crisis energética, la Asamblea común propuso la ampliación de las competencias de la CECA para abarcar otras fuentes de energía. Sin embargo Monnet deseado una comunidad para cubrir la energía atómica y Louis Armand se puso a cargo de un estudio sobre las perspectivas de uso de la energía nuclear en Europa. El informe llegó a la conclusión de más desarrollo nuclear era necesaria para cubrir el déficit dejado por el agotamiento de los yacimientos de carbón y para reducir la dependencia de los productores de petróleo. Sin embargo, los estados del Benelux y Alemania también tiene interés en la creación de un mercado común, a pesar de que Francia se opuso debido a su proteccionismo. Al final, Monnet, propuso la creación de dos comunidades separadas, en un intento de satisfacer todos los intereses. Como resultado de la Conferencia de Messina de 1955, Paul-Henri Spaak fue nombrado presidente de un comité preparatorio (Comité Spaak) encargado de la preparación de un informe sobre la creación de un mercado común europeo.
El Informe Spaak, elaborada por el Comité Spaak, fue aceptado en la Conferencia de Venecia (29 y 30 de mayo de 1956), donde se tomó la decisión de organizar una Conferencia Intergubernamental. El informe constituyó la piedra angular de la Conferencia Intergubernamental sobre el Mercado Común y Euratom en Val Duchesse, en 1956.
El resultado de la conferencia fue que las nuevas comunidades que compartirían la Asamblea común (en la actualidad Parlamento Europeo), con la CECA, ya con el Tribunal de Justicia. Sin embargo, no comparten el Consejo de la Alta Autoridad de la CECA. Las dos nuevas Altas Autoridades sería comisiones, esto se debió a una reducción de sus poderes. Francia se mostró reticente a aceptar más poderes supranacionales y, por tanto, las nuevas comisiones que sólo tienen competencias básicas y las decisiones importantes que tienen que ser aprobados por el Consejo (voto por mayoría).
La conferencia dio lugar a la firma, el 25 de marzo de 1957, de los Tratados de Roma, en el Palacio de los Conservadores de Capitolio en Roma. En marzo de 2007, la BBC informó que los retrasos en la impresión del documento, provocaron que el tratado firmado por los líderes europeos consistió en páginas en blanco entre su portada y la página de las firmas.
Los Tratados de Roma significaron un triunfo para los europeístas que ante la imposibilidad de consolidar de manera inmediata una unión política, desarrollaron un proceso de integración que afectase de manera paulatina diversos sectores de la economía, creando instituciones supranacionales en las que los estados miembros ceden parte de su soberanía sobre determinadas competencias.
Así la CEE creó una serie de instituciones: la Comisión, el Consejo, la Asamblea Europea, el Tribunal de Justicia y el Comité Económico Social.
De esta manera se inició un proceso en el que la progresiva integración económica allanó el camino a la unión política.
En su Preámbulo el Tratado que instituía la CEE (hoy el TFUE) afirmaba:
"...los signatarios están determinados a establecer los fundamentos de una unión sin cesar más estrecha entre los países europeos".
Los Tratados de Roma fueron firmados entre otros por el canciller alemán Konrad Adenauer, el italiano Antonio Segni o el belga Paul-Henry Spaak.
A lo largo de estos 60 años se han añadido 22 países más a esta Unión Europea, si bien el Reino Unido decidió el año pasado a través de un referéndum abandonar el club y ahora éste está formado por un total de 27 países.
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