
En automovilismo estuvieron los británicos Graham y Damon Hill o los canadienses Gilles y Jacques Villeneuve, o el finlandés Keke y el alemán Nico Rosberg o la saga española de Carlos Sáinz. En motociclismo, los Nieto hijos no llegaron nunca a alcanzar ni un ápice de lo que fue la figura de su padre Ángel, recientemente fallecido. En tenis destacó Yannick Noah, el último francés en ganar Roland Garros, y su hijo Joakim tiró por el mundo de la canasta donde es un jugador de la NBA y se le conoce como el hijo del tenista. Hablando de baloncesto, Arvydas y Domantas Sabonis. En fin, seguro que me dejo muchas más sagas. La historia es interminable pero he citado las más significativas.
Pongo esa foto porque mi padre veneraba a Eddy Merckx. Decía que no había ni hubo ningún ciclista mejor en la historia y tenía toda la razón. Hablaba maravillas del belga, al que había visto correr en el Palacio de los Deportes en Madrid, en aquellas carreras de exhibición que se hacían generalmente a final de temporada, en octubre, en un velódromo cerrado, para deleite de aficionados al ciclismo. Tal vez esa pasión me la contagió a mi y yo, que no vi correr a Eddy Merckx por razones de edad, enseguida me empapé vía lectura de lo que supuso el Caníbal en la historia del ciclismo. Y tenía razón mi padre.
Sirva esta foto de homenaje y recuerdo a papá. Por cierto, el niño de la foto es su hijo Axel, que también llegó a ser ciclista profesional pero muy lejos de su padre.
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