Mañana comienza en Holanda la 99ª edición del Giro de Italia, la corsa rosa. Favoritos: en la cúspide de la pirámide pongo a Vincenzo Nibali, el tiburón siciliano; en el segundo escalón de la pirámide pongo a Mikel Landa y Alejandro Valverde; y en la base de la pirámide pongo a Esteban Chaves, Tom Dumoulin y Rigoberto Urán. Esta sería de forma muy simplificada mi visión de la carrera para este año. El ganador va a ser un escalador puro. Paso a desarrollar.
La carrera se inicia con tres etapas llanas en Holanda, la primera de ellas una contrarreloj de casi 10 kms en Apeldoorn, una oportunidad histórica para que o Tom Dumoulin salga vestido de rosa en su país o que Fabian Cancellara se vista por última vez en su carrera como líder del Giro. Uno u otro son los grandes favoritos para salir de Holanda vestidos de rosa. La segunda y tercera etapas son propicias para los sprinters.
Tras el regreso a Italia el martes 10, vienen dos etapas más o menos llanas, la 4ª y la 5ª, también propicias para los sprinters. Es decir, hay 4 etapas al principio que los sprinters no pueden desperdiciar porque en los siguientes días sólo habrá oportunidad de volatas en las etapas 11, 12, 17 y última. No hay más oportunidades. La nómina de sprinters es selecta: Kittel, Démare, Greipel, Ewan, Modolo, Nizzolo, Belletti, ...
Dicho esto, a partir de la 6ª etapa, la carretera se empina y empezamos a ver finales en alto, ya sean puertos denominados GPM2, puertos que aquí se claificarían como de 1ª o 2ª categoría. Hay etapas propicias para ciclistas ratoneros, gente que está descartada para la general, pero que es tremendamente combativa y peleona, tipo Hesjedal, Zakarin, Kruijswijk, Wellens... y en la que los primeros espadas han de estar atentos.
En la segunda semana entraríamos ya en etapas con puertos más duros, tipo GPM1, en la etapa que termina en Cividale del Friuli y sobre todo la terrorífica etapa que termina en Novara, para mí la etapa reina, donde se suben 5 puertos dolomíticos, GPM1 y 2, donde destacan por encima de todos el Pordoi y el Giau, todos los puertos por encima de los 2200 metros. Al día siguiente, hay una cronoescalada en Alpe di Siusi de poco más de 10 kilómetros. El que salga vestido de rosa tras estas etapas tiene muchas posibilidades de llegar a Turín como ganador.
Y entramos en la última semana con más montaña, primero de forma ligera, hasta llegar a la antepenúltima y última etapa con la ascensión a puertos alpinos, algunos de ellos franceses. En la etapa 19 se sube Dell'Agnello, la cima Coppi de este Giro con 2744 m, para adentrarse en Francia y terminar en Risoul. Al día siguiente se sube Vars y La Bonette en Francia y se termina con el Colle de la Lombarda en Italia.
En definitiva, me parece una edición muy montañosa y muy exigente. Pongo a Nibali como primer favorito porque el siciliano es el único de los ciclistas que compiten con un Giro en la mochila, el del 2013 y es el único experimentado y ducho en estas lides. Los demás rivales los veo bisoños, empezando por Mikel Landa, que es nuestra gran esperanza blanca y puede ser el gran rival de Nibali en la montaña. Veremos cómo anda de forma. Alejandro Valverde debuta con 36 años en la ronda transalpina y no le veo como ganador final, porque la alta montaña no ha sido nunca su territorio. Va a sufrir en Pordoi o Dell'Agnello. Lleva un equipo para ayudarle en esos trances tal como Andrey Amador o Carlos Betancur, pero aún así no le veo como ganador final.
Y el resto de favoritos son incógnitas. No sé cómo van a responder las estrellas nacientes de la última Vuelta a España, Chaves y Dumoulin. El holandés podrá vestirse de rosa, que creo que es lo que va a intentar a toda costa de inicio pero la alta montaña se le atragantará. En cuanto a Esteban Chaves, aún es pronto para verle como ganador, es muy joven y esta edición le sirve de aprendizaje.
En fin, iremos viendo y disfrutando como transcurre esta edición de la Corsa Rosa.
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