"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora... de morir."
Hubo un tiempo, y no tan lejano, en que las mujeres no podían correr maratones. Los 42,195 kilómetros se consideraban una prueba de hombres, demasiado exigente y dura para atletas que eran vistas como frágiles chiquillas.