Roy Batty

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sábado, 27 de agosto de 2016

Vuelta 2016

Llevamos ya una semana de Vuelta y no he hecho ningún post previo anunciando la competición. Está la cosa que arde. Ya dije cuando se presentó esta edición que me parecía una Vuelta sin muchos puertos y que el espectáculo serían los finales ratoneros como Ézaro o Dumbría en la que cuelan un puerto de segunda o tercera pero con rampas muy altas. Y así está siendo la competición. No hay día sin sorpresa, sin nervios, caídas o sustos en los que se dejen pelos en la gatera algunos de los cocos. Por de pronto, ya han puesto pie a tierra, gente tan insigne como Supermán López o Steven Kruijswijk, ambos por múltiples caídas, el último se estrelló contra un bolardo. Esto no puede suceder en una gran vuelta. Ya le ocurrió a Sergio Pardilla en una Vuelta al País Vasco y ha vuelto a suceder. Punto negativo para la organización.



Por lo demás, habrá que ver hasta dónde es capaz de llegar el bueno de Darwin Atapuma, líder en el momento en que escribo estas líneas y que va a dar mucho juego. Ya veremos si este no es el tapado del BMC. No veo a Samuel Sánchez como líder indiscutible. Van Garderen se ha autodescartado y el belga Hermans está también muy bien cuesta arriba. ¡Ojo al BMC  que tiene muchas bazas! Habrá que ver si Contador aguanta después de la caída sufrida ayer. A perro flaco todo son pulgas para el de Pinto este año. Y habrá que ver la lucha entre Valverde, Quintana, Froome y Chaves, los verdaderos capos de la carrera.

Aún queda siega y puede pasar de todo. Por de pronto vamos a ver cómo resulta el tríptico leonés asturiano de este fin de semana: la Camperona, Naranco y Lagos de Covadonga. El que salga de ahí vestido de rojo va a tener muchos puntos para estar en lo más alto en Madrid.

El Chavito, Esteban Chaves del Orica, es otro de los agazapados, de los tapados. Está muy bien físicamente y muy bien situado y puede dar la campanada en alguna etapa montañosa. El ciclismo colombiano está a muy bien nivel. Y eso que Miguel Ángel López ha tenido que retirarse porque si no éste también hubiera dado mucha guerra.

Como no hay etapas llanas completas de cabo a rabo, cada etapa es una incógnita debido al recorrido sinuoso, de sube y baja continuo, que va minando y royendo las pocas fuerzas de los ciclistas. En vez de hacerlo con puertos de alta montaña lo hacen con recorridos rompepiernas, tramposos, ratoneros y con cierto peligro (no puede ser que en los últimos dos kilómetros de una llegada masiva haya un bolardo a un lado de la calzada). Esta es la opción por la que apuesta la organización de la Vuelta en los últimos años.

Entiendo que las llegadas a meta deberían ser en rectas amplias, anchas, largas y sin curvas peligrosas a 150 o 200 metros antes de llegar. El espectáculo está bien pero no a costa de posibles caídas en curvas peligrosas.

Iremos viendo y narrando.

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