
Por lo demás, habrá que ver hasta dónde es capaz de llegar el bueno de Darwin Atapuma, líder en el momento en que escribo estas líneas y que va a dar mucho juego. Ya veremos si este no es el tapado del BMC. No veo a Samuel Sánchez como líder indiscutible. Van Garderen se ha autodescartado y el belga Hermans está también muy bien cuesta arriba. ¡Ojo al BMC que tiene muchas bazas! Habrá que ver si Contador aguanta después de la caída sufrida ayer. A perro flaco todo son pulgas para el de Pinto este año. Y habrá que ver la lucha entre Valverde, Quintana, Froome y Chaves, los verdaderos capos de la carrera.
Aún queda siega y puede pasar de todo. Por de pronto vamos a ver cómo resulta el tríptico leonés asturiano de este fin de semana: la Camperona, Naranco y Lagos de Covadonga. El que salga de ahí vestido de rojo va a tener muchos puntos para estar en lo más alto en Madrid.
El Chavito, Esteban Chaves del Orica, es otro de los agazapados, de los tapados. Está muy bien físicamente y muy bien situado y puede dar la campanada en alguna etapa montañosa. El ciclismo colombiano está a muy bien nivel. Y eso que Miguel Ángel López ha tenido que retirarse porque si no éste también hubiera dado mucha guerra.
Como no hay etapas llanas completas de cabo a rabo, cada etapa es una incógnita debido al recorrido sinuoso, de sube y baja continuo, que va minando y royendo las pocas fuerzas de los ciclistas. En vez de hacerlo con puertos de alta montaña lo hacen con recorridos rompepiernas, tramposos, ratoneros y con cierto peligro (no puede ser que en los últimos dos kilómetros de una llegada masiva haya un bolardo a un lado de la calzada). Esta es la opción por la que apuesta la organización de la Vuelta en los últimos años.
Entiendo que las llegadas a meta deberían ser en rectas amplias, anchas, largas y sin curvas peligrosas a 150 o 200 metros antes de llegar. El espectáculo está bien pero no a costa de posibles caídas en curvas peligrosas.
Iremos viendo y narrando.
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