¡Grazie mille!

Hoy nos ha dejado Ennio Morricone, la última leyenda viva de la composición para la música de cine. Es imposible resumir una filmografía tan extensa como la que presentaba el genio romano. Su amigo Sergio Leone fue el que lo elevó a los altares con la llamada trilogía del dólar y con "Hasta que llegó su hora". El silbido y la armónica formaban parte indisoluble de su partitura original. Eran inconfundibles. Posteriormente en los años 80 se consagró como uno de los más grandes con obras como "Érase una vez en América", "La Misión", "Los intocables de Elliot Ness" o "Cinema Paradiso".

Sorprende que su primera nominación al Óscar llegase en 1978 por "Días del cielo", de aquel director maldito llamado Terrence Malick. No se había tenido en cuenta su trabajo en los westerns. Posteriormente sería nominado por "La misión", "Los intocables de Elliot Ness", "Bugsy" y "Malena". Curiosamente su reconocimiento llegó tardío. En 2006 recibió un Óscar honorífico «por sus magníficas y polifacéticas contribuciones en el arte de la música de cine». Posteriormente le darían un Óscar por "Los odioso ocho", de Tarantino, en 2016, más bien para compensar la injusticia. 

Es curioso. Leyendo su biografía leo que no le nominaron por "Érase una vez en América" por un defecto de forma en los título de crédito finales de la película. Su nombre no aparecía en ellos. Así se privó de premiar a una de la que muchos catalogan como la mejor banda sonora de la historia del cine.

En fin, poco más se puede decir de este genio de la composición musical. Nos quedan sus obras que son inmortales e imperecederas. Quedan para siempre y escucharlas es todo un privilegio.

Revisando su filmografía veo que en España, o en películas españolas, no se prodigó mucho. No vimos su nombre mucho en los títulos de crédito. Destaco tres: Operación Ogro (1979), aquella película que narraba el atentado de Carrero Blanco; "Átame" (1989), de Pedro Almodóvar, película que es recordada más bien por la canción final del Dúo Dinámico, "Resistiré"; y en 2003 trabajó en una película de Miguel Hermoso titulada "La luz prodigiosa", protagonizada por Alfredo Landa y Nino Manfredi.

Echando la vista atrás, me atrevería a decir sin temor a equivocarme, que junto al francés Maurice Jarre y a su compatriota Nino Rota forman o han formado la Santísima Trinidad de la composición musical para cine en Europa. Y del mundo también.

De su larga lista voy a invocar una banda sonora poco conocida pero realmente preciosa: "El clan de los sicilianos", de Henry Verneuil (1969).