Roy Batty

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viernes, 1 de abril de 2022

Oscars 2021

Hace tiempo que no hablo de cine, aunque visto lo visto, mejor quedarse callado. Lo de este año de los Oscars me parece inaudito. Si ya de por sí, el 2021 ha sido un año más bien plano en cine, lo del incidente de Will Smith viene a confirmar el encefalograma plano en el que está sumido últimamente el cine mundial. No se hacen buenas películas. Ya no hay cosechas extraordinarias como la de 1982 o la de 1993. Se hace un tipo de cine vulgar, grandes producciones fantasiosas para el gran público pero de calidad ínfima. Que "Dune" sea la película que más Óscars ha conquistado en esta edición revela muy a las claras la pobreza creativa de estos años.

He visto cine en este último año y lo más reseñable que puedo destacar de lo observado ha sido la visión realista del drama del conflicto norirlandés planteado por Kenneth Branagh en la correcta "Belfast". "El callejón de las almas perdidas" de Guillermo del Toro me ha parecido también interesante. No he visto CODA, la ganadora del Óscar a la mejor película, aunque a juzgar por las críticas, parece un folletín de domingo por la tarde de esos dramones alemanes que parecen comprados haciendo un barato. Marlee Matlin, actriz sordomuda, vuelve a ganar después de que Hijos de un dios menor le otorgara el Óscar a la mejor actriz hace 35 años. Hay mejores películas que CODA dignas de mejor película del año. La antes citada Belfast, por poner un ejemplo.

Del incidente por el que se van a recordar esta edición quiero decir lo siguiente. No me gusta Will Smith ni Chris Rock como actores. Me parecen demasiado histriónicos. Al principio podría parecer una actuación pero ante la violencia verbal no se responde con violencia física. Si hiciéramos eso con todos los bocazas que hay en las redes sociales no pararíamos nunca de estar pegando. La agresión física lo que hace es rebajarte al nivel del agresor verbal. Como dijo Jim Carrey, aguántate y después le denuncias y pides millones por difamación. No agredas porque te colocas a su nivel.

Nunca me ha gustado Will Smith como actor. Demasiado histriónico. El príncipe de Bel Air lo elevó a la fama y Wild wild west lo catapultó. Pero poco más. Es un actor plano para mí. Donde no hay mata no hay patata. Ni punto de comparación con Denzel Washington, por poner un ejemplo. Está tardando la Academia en quitarle el Óscar al mejor actor. Un tipo con ese comportamiento no merece un premio tan prestigioso como el Óscar, que pase al siguiente.

Un ciclista si se pega con otro ciclista, automáticamente es descalificado. Un futbolista si agrede a otro, automáticamente es expulsado. Pues lo mismo debería ocurrir en cine. Se entregan los premios más prestigiosos del cine y un tipo que es candidato al Óscar al mejor actor agrede a otro que estaba diciendo tontás ante todo el mundo. Ipso facto deberían haberle descalificado de la pugna por el Óscar en esa categoría y que se lo lleve el segundo más votado. No hay justificación ninguna para una agresión por mucho que Rock haya dicho sobre la mujer de Smith. Las cosas se resuelven de otra manera.

Es una vergüenza y da idea un poco del nivel de las películas a competición. Lo único reseñable en esa gala fue la presencia de tres señores supervivientes de una película mítica que marcó la historia del cine hace 50 años: los señores Coppola, Pacino y De Niro en el homenaje al cincuentenario de El Padrino. Todo lo demás resulta vulgar, chabacano y cochambroso. 




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