Roy Batty

Roy Batty
Roy Batty

martes, 29 de marzo de 2016

Los grandes tramposos del deporte


Para mí los más tramposos son los que recurren al dopaje para ganar. Ese es el mayor fraude en el deporte. Digo esto al hilo de leer el reportaje sobre los grandes tramposos del deporte de EL PAIS SEMANAL del 27 de marzo en el que aparecen algunos tramposos excluídos los del dopaje, ya que estos merecerían no un reportaje sino una revista entera si enumeramos los casos. En dicho reportaje falta la trampa más famosa de la historia del fútbol, la que se llamó universalmente como "la mano de Dios", que hizo Maradona en el Mundial de México en 1986 al meterle un gol a Inglaterra simulando un remate de cabeza cuando en realidad lo que había hecho había sido saltar pícaramente con la mano alzada para empujar el balón a la red y meter gol ante las narices del cancerbero británico Peter Shilton, trampa que vio todo el mundo menos el árbitro. Lamentablemente ocho años después en otro Mundial el mismo jugador sería protagonista negativo por dar positivo en un control antidoping. El ídolo tenía los pies de barro.

Los dopados son los deportistas más tramposos porque engañan no solo al público sino al que compite limpiamente. Perdón, no se les puede llamar deportistas. ¿Cuántos ídolos se nos han caído del pedestal cuando posteriormente se ha descubierto que han hecho trampa porque se han dopado? Desde Ben Johnson en Seúl 88, que fue el más mediático en los ochenta hasta llegar a Lance Armstrong en este siglo, que para mí ha sido el mayor fraude de la Historia, el deporte ha estado plagado de innumerables tramposos que la mayor parte hemos conocido a posteriori, tiempo después de subirse al podio, colgarse la medalla o recoger el trofeo, porque el tramposo ha ido siempre por delante de la policía y pocas veces se les ha pillado in fraganti. ¿Por qué aún hoy en día permanecen como records del mundo de atletismo marcas estratosféricas establecidas por atletas de los países del Este de Europa desde hace más de 30 años? Pues porque no se les pilló en su momento con el carrito del helao. Eran más listos. Iban por delante de los jueces.

Mucho tiempo después se ha sabido las técnicas que utilizaban. Otra cosa que me escandaliza es cómo es posible que deportistas que han reconocido haberse dopado en su momento y haber vencido en algunas pruebas haciendo trampas, no se les ha desposeído del título. Pongo un ejemplo. Hace un par de años más o menos, el danés Bjarne Riis, ciclista en su momento, reconoció que ganó el Tour del año 1996 habiéndose dopado. Y ninguna autoridad ciclista le ha desposeído de tal título. Corrieron un montón para quitarle a Armstron los siete Tours y a éste que reconoce haber hecho trampa, sigue apareciendo como ganador del Tour de 1996. Lo mismo puede decirse de otros ciclistas como Erik Zabel o Jan Ullrich.

Y si hablamos de España, me pongo malo. Ya he recordado en algún que otro post los precedentes de las Operaciones Puerto o Galgo y las autoridades mirando para otro lado.

Lo de la trampa en el deporte es tan viejo que el tramposo siempre irá por delante del que le controla, siempre hay alguna técnica que supera a la anterior y elude el control de la policía deportiva.

http://elpais.com/elpais/2016/03/21/fotorrelato/1458556585_450162.html?id_externo_rsoc=FB_CM#1458556585_450162_1459332783





No hay comentarios:

Publicar un comentario