Pan y circo

Panem et circences, literalmente "pan y juegos del circo", es una locución latina peyorativa de uso actual, que describe la práctica de un gobierno que, para mantener tranquila a la población, u ocultar hechos controvertidos provee a las masas de alimento y entretenimiento de baja calidad y con criterios asistencialistas. Esta es la definición oficial de esta frase latina del poeta Juvenal. Era costumbre de los emperadores romanos regalar trigo y entradas para los juegos circenses como forma de mantener al pueblo distraído de la política. Eso es lo que ha ocurrido este fin de semana en España.

El señor de la foto, ese señor que salta como un hooligan al igual que su lacayo Moragas cuando metió el gol España, no en vano, sólo lee el Marca, ha estado desaparecido durante el pasado fin de semana, cuando se anunciaba el mayor rescate financiero a este país. Tan sólo, ayer durante escasos veinticinco minutos dio una rueda de prensa para no explicar nada de la intervención o rescate al que ha sido sometido este país. Tenía prisas el hombre. Tenía que ir a ver el partido de fútbol de la Eurocopa que enfrentaba a España con Italia. ¡Qué vergüenza!

El sábado 9 de junio, después de innumerables negativas del gobierno español, se produce el temido rescate a la Banca Española. El señor De Guindos admite que España ha solicitado la ayuda, porque ellos no lo llaman rescate, de Europa para establecer una línea de crédito de 100.000 millones de € a la Banca española. Ante noticia de semejante magnitud, los ciudadanos esperamos que dé explicaciones el presidente del gobierno de este país, cosa que el sábado no se produce, lo cual aumenta la incertidumbre de la ciudadanía ante el futuro. El señor Rajoy, como intelectual que es, estaría ocupado leyendo el Marca y preparando la maleta para Gdansk.

Tan sólo, el domingo 10, y creo que por obligación, el señor Rajoy se atreve a salir de su búnker, para explicar lo que ha ocurrido. Pero es que realmente no dice nada. Afirma que no se trata de un rescate sino de una línea de crédito y niega que haya contrapartidas programáticas o presupuestarias. Lo puede llamar como quiera, pero una ayuda de 100.000 millones de euros es un rescate en toda regla. Y lo que tendría que haber hecho ipso facto es haber convocado ayer domingo un pleno extraordinario del Congreso para dar explicaciones con pelos y señales de lo ocurrido y las condiciones de esa ayuda. ¿En qué va a afectar al bolsillo de los ciudadanos? ¿Habrá que apretarse más el cinturón? ¿Cuánto nos va a costar y en qué medidas se va a traducir este rescate? Es lo mínimo que un gobernante serio y capacitado debería haber hecho. Pero estamos pidiendo peras al olmo. ¿Se imaginan que hubiera vociferado la prensa adicta al régimen si esto mismo lo hubiese hecho otro presidente llámese Zapatero ó González? Probablemente ahora estarían colgados del palo mayor. Sin embargo, estos señores que nos gobiernan gozan de inmunidad ante las barbaridades que están perpetrando.

Esto es imposible con Rajoy, un señor que permanece escondido en su búnker como una rata desde que cogió el gobierno, teme las ruedas de prensa, no da explicaciones de nada y huye de la realidad como alma que lleva el diablo para refugiarse en el circo del siglo XXI, el fútbol. Ahí me las den todas. Al pueblo hay que darle fútbol para que no piense en la realidad y se olvide de la política. He ahí la imagen de un gobernante inepto y un patán que sólo lee el Marca. Tenemos lo que nos merecemos.