Roy Batty

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domingo, 12 de mayo de 2013

Ilustres que se van

No sé qué está pasando en este 2013 para que cada semana nos dejen un par o tres de ilustres personajes que nos han acompañado a lo largo de nuestras vidas. En esta ocasión quiero referirme a las personalidades de Constantino Romero y de Alfredo Landa, manchego uno, navarro, el otro. De la pérdida del manchego acabo de enterarme al abrir hoy internet. La verdad, es que se va una voz, o la voz de la televisión y del cine. Y sigo insistiendo en lo mío: se está muriendo gente que antes no se moría.


Alfredo Landa estuvo asociado siempre a una forma de hacer cine patrio caracterizado por el machismo. Es lo que se denominó el landismo. Directores como Pedro Lazaga o Mariano Ozores dieron buena cuenta de ello en muchas de sus películas. Sin embargo, Alfredo empezó en el cine con un clásico de la gran comedia española, Atraco a las tres, de José María Forqué, en 1962 y continuó con otra obra maestra, El verdugo,  de Berlanga en 1963. Sin embargo, su posterior carrera iría encaminada a interpretar al típico personaje de españolito macho en películas de escasa intelectualidad.

Sin embargo, su carrera da un giro a finales de los años 70 y primeros 80, cuando empieza a encarnar papeles dramáticos que le confieren un éxito y una fama muy justa consagrándose como un gran actor dramático. Ahí están papeles como el de Germán Areta en "El crack", de José Luis Garci o el inolvidable Paco el bajo, de la grandiosa Los santos inocentes, probablemente el mejor papel de su carrera. Después haría también series de televisión que le pondrían también en primera línea como el personaje de Sancho Panza, en El Quijote, de Gutiérrez Aragón o el gasolinero franquista de Lleno, por favor. Grandísimo actor fue este pequeño navarro.

En cuanto a Constantino, ¿qué decir? Pues que uno, la primera imagen que tiene de este presentador fue de un programa llamado Los sabios, allá por el 84 o así y después vino el mítico El tiempo es oro, un concurso inigualable porque se demostraba bien a las claras la sapiencia del concursante, no como ahora que no se premia lo que uno sabe. Esa voz que desplegaba Constantino era inconfundible y más si luego la escuchabas viendo películas de Clint Eastwood. Por cierto, ayer emitieron en Nitro El jinete pálido, la versión que hizo Eastwood de la legendaria Raíces profundas. Ya se nos hará raro escuchar a Eastwood en las películas sin la voz de Constantino. D.E.P.


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