Real de Champions

Ayer culminó la excelente temporada futbolística la Real Sociedad, con un triunfo en Riazor que le situó cuarta de la tabla clasificatoria gracias a la derrota del Valencia en Sevilla y por lo tanto clasificada para disputar la ronda previa de Champions League. Yo tenía mis dudas respecto a ese partido porque pensaba que era el Deportivo el que más se jugaba. Se jugaba estar en Primera y con la victoria del Celta bajaba a Segunda. La Real estuvo muy seria sobretodo en el primer tiempo, donde hizo jugadas a las que nos tiene acostumbrados durante esta temporada con un fútbol ágil, fresco, con desparpajo y tremendamente certero.

Hacía 10 años que la Real no disputaba la máxima competición continental de clubes y fue gracias también a otro francés, a Reynald Denoueix. Aquélla vez recuerdo que perdió la Liga en la penúltima jornada en Vigo frente a un Real Madrid con Ronaldo, Zidanes y compañía. Fue una pena. Por una vez había vuelto aquélla Real de los 80 ganadora de 2 títulos de Liga. No puede destacarse a un jugador en concreto sino a todo el equipo. La Real ha sido un bloque homogéneo a lo largo de esta temporada y de eso buena culpa tiene el preparador francés Philippe Montanier, un hombre que estuvo en la cuerda floja a punto de caer pero que la confianza depositada en él por la directiva hizo que la situación cambiase a partir de diciembre y encadenase una gran racha de partidos sin perder y exhibiendo un grandísimo juego.

Ha habido partidos excelentes en Anoeta y fuera de ella. A recordar el 3-3 frente al Betis, el 4-2 al Valencia, el 3-3 al Real Madrid y cómo no, el 3-2 al F.C. Barcelona, una de las dos únicas derrotas que ha tenido el campeón de liga este año. Probablemente ha sido uno de los equipos que mejor juego ha desarrollado sobretodo en la segunda vuelta.

Ahora lo difícil está en mantener el bloque. El equipo se ha revalorizado muchísimo y jugadores como Íñigo Martínez, Illarramendi, Griezmann, Agirretxe o Vela son objeto de deseo por los más grandes clubes de Europa. Ya sabemos que el míster ha decidido no seguir. Creo que la Real no debe precipitarse en la elección de entrenador. Si escogiera a alguien de la casa, mucho mejor. Y más que nada, lo que debe hacer la entidad es seguir confiando en la cantera, en la gente de la casa, dar oportunidades a los jóvenes, que los hay y muy buenos, véase sino el caso de Rubén Pardo, un diamante en bruto.

Sigo insistiendo. La clave del éxito de la Real ha sido confiar en un bloque compacto, con jugadores que se conocen a la perfección, utilizando siempre 14 ó 15 jugadores, pero con el mismo esquema de juego, un fútbol veloz, táctico y sobretodo preciosista. A destacar la sobriedad de Bravo bajo los palos; las galopadas por las bandas de los excelentes laterales Carlos Martínez y De la Bella; la consistencia y complicidad de una pareja de centrales como Mikel Gónzalez o Íñigo Martínez; el trabajo arduo y denodado de Markel Bergara en el centro del campo apoyando la creatividad y visión de juego del ilusionista Illarramendi; la experiencia, toque y precisión del mago capitán Xabi Prieto; la habilidad y velocidad del ratón Antoine Griezmann; la genialidad y regate del mejicano Carlos Vela y la parada, pase y remate del ariete Agirretxe. Si a esto añadimos las incorporaciones puntuales y exquisitas de Zurutuza, el Chory Castro, Ifrán, Rubén Pardo, Dani Estrada ó Jose Ángel, el juego es de alta escuela. Ésta ha sido la magnífica Real 2012-2013. Esperemos y deseemos que se mantenga el bloque para el año que viene.