Roy Batty

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jueves, 27 de junio de 2013

Le Tour 2013

Este sábado comienza en Córcega la edición número cien del Tour de Francia, la carrera ciclista más importante del mundo por etapas. Este año el pronóstico está más claro que otros años y se llama Chris Froome. Las dudas surgen sobre quiénes acompañaran al británico en el podio parisino el próximo 21 de julio. Espero equivocarme pero me temo que salvo accidente o hecatombe, el británico Froome se llevará el maillot amarillo final dado su excelente estado de forma y dado que no acude su compañero Wiggins, último campeón del Tour y al que dejó de rueda el año pasado y le mandaron parar porque si no se llevaba el Tour Froome. Este año ya no tiene ese inconveniente. También faltará el ganador del Giro, Vincenzo Nibali.


Como todos los años las escuadras participantes acuden con sus mejores galas a la gran fiesta del ciclismo mundial en un intento de mostrar al mundo sus joyas para que luzcan y resplandezcan en el Olimpo de los Pirineos y Alpes. Este año el Tour se viste de gala en su centenaria edición y ha preparado un recorrido atractivo y exigente. Hay 90 kilómetros en contrarreloj, 25 por equipos y 65 individual, pero hay también mucha y buena montaña. Se suben colosos como Pailheres, Mont Ventoux, L'Alpe d'Huez (por partida doble), Glandon, Madeleine y Annecy Semnoz (éste el penúltimo día). Diversión asegurada esperemos y un podio bastante abierto.

En cuanto a los favoritos, ya he dicho el que para mí está un escalón por encima del resto, y el resto pues habrá que ver cómo acude la Armada Española; cómo acude Alberto Contador, batido por Froome en Dauphiné y Tirreno; cómo acude Purito Rodríguez, casi inédito en cuanto a triunfos esta temporada; y ver cómo acude Alejandro Valverde, la eterna esperanza blanca del Movistar, quien siente el aliento en el cogote de sus compañeros Quintana y Costa, que están a la expectativa por si el murciano falla.

Respecto a los demás, habrá que ver cómo acude Andy Schleck, desaparecido en combate ya dos años; el australiano Evans, ganador hace dos años, está ya demasiado viejo para reverdecer laureles pero seguro que estará dando guerra como hizo en el pasado Giro donde hizo tercero. Y por lo demás, se prevé que la armada francesa, es decir, los Voeckler, Pinot, Rolland o alguna sorpresa de turno, traten de encandilar al público en alguna etapa, porque la general final, ni por asomo, huérfanos como están de triunfos de general desde 1985 cuando el Caimán "Hinault" conquistó su último Tour. 28 años a palo seco es mucho tiempo y no lleva esto camino de cambiar.

En cuanto a la participación decir, que se espera un bonito duelo por el maillot verde de los puntos, de la regularidad, entre el insaciable Cavendish y el atrevido eslovaco Sagan, al cual muchos ven ya en él a un futuro Merckx y a mí me parece que le faltan por comer muchos bocadillos al pipiolo eslovaco. Probablemente se alce con el maillot verde final pero será porque Cavendish, que es un ansia viva, no pueda llegar al final de muchas etapas por quedarse previamente en tachuelas de tercera o cuarta categoría. Y es ahí donde estarán listos los que yo llamo viejos zorros que están al chochuelo, para lo que pueda caer. Son gente como Gilbert, Boasson-Hagen, Sagan o el propio Purito, muy amigo de escaramuzas y llegadas en alto.

Hay bastante contrarreloj y preveo que Sky y Omega Pharma se disputarán a cara de perro la contrarreloj por equipos de Niza en la cuarta etapa. También preveo que la contrarreloj post Pirineos la ganará el alemán Tony Martin y la última contrarreloj previa a los Alpes, donde se suben dos puertos de segunda, estará más disputada y ahí voy a apostar por Nairo Quintana.

En fin, como todos los años, llega el mes de julio, llegan las tardes del Tour y llega la emoción del mejor ciclismo. Este año por lo visto, parece ser que TVE prescinde de su comentarista estrella, Pedro Delgado, por falta de financiación. Hasta ahí llegan los recortes. Lo que pasa es que tenemos dinero para lo que queremos y para lo que no queremos no hay. Eso está pasando en todos los aspectos de la vida cotidiana y que no nos vengan con milongas de esas de que hay que recortar porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Que se lo digan al cerdo ese que han mandado, ya era hora, esta tarde a Soto del Real. Bueno, lo dejo, que si no, me caliento. Como diría Carlos Arribas, ¡larga vida al Tour!


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