Este pasado domingo 14 de septiembre han finalizado dos eventos deportivos de primer nivel. Por un lado la Vuelta Ciclista a España con el triunfo de Alberto Contador, tercero en su cuenta particular tras los de 2008 y 2012. Y por otro lado, el Campeonato del Mundo de Baloncesto con el triunfo de la selección de Estados Unidos al vencer a Serbia por 129-92, culminación de un auténtico paseo militar americano por un Mundial que será recordado por el fracaso absoluto de la selección anfitriona tras caer inesperada y justamente eliminada en cuartos de final ante Francia. Analicemos lo que han supuesto tanto uno como otro triunfo en el contexto deportivo en el que se mueven sendas figuras del deporte.
El triunfo de Alberto Contador ha sido prodigioso, desde el mismo momento que se conoció sorpresivamente que iba a disputar la Vuelta tras la grave caída sufrida en el Tour de Francia. La evolución de la lesión del corredor de Pinto ha sido milagrosa hasta tal punto que ha resistido y aguantado con firmeza los duros puertos que esta edición de la Vuelta ha traído para poner a prueba a los grandes del pelotón internacional. La ronda española ha sido muy vistosa y el enfrentamiento Contador-Froome, el cual no fue posible en el pasado Tour por sendos abandonos por caídas, ha deparado en esta Vuelta un espectáculo excepcional. Han sido los más fuertes de la carrera y así lo han demostrado hasta la subida final a Ancares. La carretera, al final, es la que coloca a cada uno en su sitio y a Valverde le ha otorgado el tercer cajón del podio a 1' 50'' de Alberto. Detrás le siguen el batallador Joaquín Purito Rodríguez y un joven italiano revelación que dará mucho que hablar en el futuro, Fabio Aru. Lástima la caída de Nairo en la contrarreloj de Zaragoza y su abandono, porque de no haberse producido, el duelo a tres hubiera sido impresionante e impredecible. Habrá que esperar a otra ocasión para ver ese duelo. Probablemente el Tour del año que viene.
La vuelta ha brillado con luz propia por la gran calidad de sus participantes y por la dureza del recorrido. De unos años a esta parte, la organización está realizando unas ediciones espectaculares. Hay que felicitarlos por ello. Alberto Contador consigue con éste su tercer triunfo en la general de una Vuelta e iguala a Roberto Heras y Tony Rominger como los ciclistas con más Vueltas en su palmarés. Además se encarama al primer puesto de la clasificación Mundial de la UCI-Pro Tour.
En cuanto al Mundial de baloncesto disputado en España, nos queda el sabor amargo de no haber podido ver la final soñada entre España y Estados Unidos, tras la eliminación en cuartos de la anfitriona por la selección francesa. Fue un duro revés y al mismo tiempo creo, una lección de humildad. España iba demasiado envalentonada en el camino hacia la final y se encontró con un rival que, sin hacer un gran juego, sí supo detener y sujetar el juego español, en una planificación y estrategia muy bien diseñada por el preparador galo Vincent Collet.
A mi modesto entender, creo que Juan Antonio Orenga peca de inocencia y necesitamos gente más ducha en duelos internacionales y más bregada en baloncesto. En España hay preparadores de sobra para llevar el equipo nacional. Se me vienen a la mente gente como Pedro Martínez, Gustavo Aranzana, Javier Imbroda, Luis Casimiro, Salva Maldonado, Óscar Quintana, etc, etc, etc.... La selección tiene que hacer una reflexión tras el fiasco que ha supuesto caer eliminada en una competición en la que claramente se aspiraba a lo máximo por la calidad del equipo y por las circunstancias. Nunca más vamos a tener otra posibilidad como esta de poder optar al trono mundial de baloncesto en tu propia casa.
No estoy diciendo con ello que España hubiera ganado a Estados Unidos, pero sí le habría puesto las cosas más difíciles de lo que las ha tenido. Estados Unidos se va de España dando un absoluto paseo militar. Han sido 9 partidos con 9 triunfos abultados, algunos escandalosos, como en la final y sin encontrarse oposición alguna a su juego. Es evidente la calidad de sus jugadores. Este año han traído más equipo que individualidades. No obstante, es justa la concesión de MVP del torneo a Kyrie Irving, un jugador magnífico dotado de un espléndido tiro exterior. Estados Unidos ha brillado en su conjunto y todos ellos han hecho un trabajo solidario y excepcional. Han brillado todos, desde Harden, Curry, pasando por Klay Thompson hasta Kenneth Faried o Anthony Davis. Quizás se ha echado en falta mayor participación de Derrick Rose, un auténtico número uno, lastrado por las lesiones en los últimos años. En definitiva, un justo y rotundo vencedor, al que creo que le han faltado rivales de enjundia que pudieran, no ya destronarles que es casi imposible, sino ponerles las cosas más complicadas. Cuando pensábamos que las distancias entre la NBA y el baloncesto europeo, especialmente España, podrían ir acortándose, el Mundial nos ha devuelto la sensación contraria, en el sentido que Estados Unidos con un equipo sensiblemente inferior en cuanto a individualidades respecto a otras citas, ha dado un salto más de calidad y juego acrecentando la diferencia entre el baloncesto profesional americano y el del resto del mundo.
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