Roy Batty

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domingo, 11 de septiembre de 2016

Al final...Nairo

Hoy finaliza la septuagésima primera edición de la Vuelta Ciclista a España con el triunfo del colombiano Nairo Alexander Quintana Rojas, del Movistar Team. Es la segunda vez que un colombiano gana la Vuelta después del triunfo del jardinerito Lucho Herrera en 1987 y es la segunda gran vuelta que conquista Nairo tras su triunfo en el Giro de 2014. Como suele decirse el ganador es el justo vencedor y la victoria de Quintana se ha cimentado en la montaña donde claramente ha sido superior a sus rivales. El podio lo completan unos excepcionales Chris Froome y Esteban Chaves, lo que da un gran prestigio a esta edición. Vamos a analizar los nombres propios que ha dado esta Vuelta.



Nairo Quintana ha sido el más regular, ha mostrado superioridad en la montaña a todos sus rivales y ha solucionado la debilidad de la contrarreloj gracias a un colchón importante de minutos sobre sus rivales directos. Ganó en Lagos de Covadonga. El hándicap de este hombre en las grandes vueltas es la contrarreloj y sobre todo si es larga. En esta edición, gracias a que la contrarreloj estaba en la antepenúltima etapa y al despiste de Froome en Formigal ha podido administrar sin problemas su ventaja. Había dudas sobre si sería capaz de solventar una grande pero ha respondido positivamente gracias también a la labor de un equipo entero para él. No me gustó el hecho de sprintarle a Froome en la meta de Aitana cuando faltaban 100 metros. Ese gesto sobraba. Debía dejar al británico que pasase delante de él por el pundonor y la lucha exhibida, ataque tras ataque del británico.

Chris Froome ha perdido esta Vuelta por su descuido imperdonable en la etapa de Formigal. Si en dicha etapa no se hubiera dormido ante el ataque inicial de Contador y Quintana, el británico vestiría hoy de rojo. Ha aguantado bien la montaña, ha ganado en Peña Cabarga y ha demostrado ser el mejor contrarrelojista del pelotón. Se le ha escapado esta Vuelta por un fallo del equipo. Es la tercera vez que hace segundo en la Vuelta tras 2011 y 2014. Hay que agradecer que este triple ganador de Tour venga a la Vuelta a competir, lo da todo y él está contento con la carrera. Un triple ganador de Tour no tiene porqué venir a la Vuelta o venir simplemente a disfrutar del paisaje y sin embargo él viene siempre a ganar. Esto es muy meritorio.

Esteban Chaves, el Chavito, y su equipo el Orica-BikeExchange ha completado una Vuelta excepcional. Ha sido batallador desde el inicio hasta el final, como demostró ayer arrebatándole a Alberto Contador el tercer puesto del cajón. Este año ha sido además segundo en el Giro. Este hombre está llamado a hacer grandes cosas en el futuro y al igual que su compatriota Nairo, tiene un hándicap, que es la contrarreloj.

Alberto Contador ha tenido un año aciago. Primero sus caídas en el Tour y posterior abandono y aquí en la Vuelta su mal inicio. Se esperaba algo más del madrileño pero se ha visto desde el principio en la montaña que estaba por debajo de Quintana y Froome. Aún así hay que alabar su pundonor y lucha constante. Fruto de ello fue la emboscada de Formigal donde junto con Quintana sacaron tiempo a Froome. Aún así ha estado ahí luchando por el podio pero le ha faltado equipo y no puede cometer el fallo de dejar salir a Chaves en la etapa de Aitana. Pensaba que le iba a ayudar Movistar como compensación por lo de Formigal, pero Roma no paga traidores, el ciclismo no hace amigos. Un cuarto puesto sabe a poco para Contador. Lo mejor es que ha decidido continuar uno o dos años más y lo hará en un equipo mejor donde tenga más gente a su disposición. No puede quedarse solo a las primeras de cambio en cada ascensión como se ha visto a lo largo de este año.

Alejandro Valverde ha hecho la machada de hacer las tres grandes en un año, donde ha hecho 3º en el Giro y 6º en el Tour, y quería completar el hito haciendo entre los diez primeros de la general. Al final no ha podido y ha hecho 12º en la general. Ha estado ahí siempre luchando en algunas etapas pero es evidente que el desgaste acumulado pasa factura. Aún así hay que reconocer la valía del murciano a sus 36 años.

Por lo demás hemos visto grandes etapas y victorias épicas como la de Gesink en el Aubisque, Geniez en Ézaro o Simon Yates en Ribera Sacra. David de la Cruz con su séptima plaza es el segundo español de la general, ganó en el Naranco y se puso líder por un día. Extraordinario el catalán. Otro compañero suyo del Etixx, un equipo que no se cansa de ganar, ha ganado dos etapas al sprint de las pocas oportunidades que ha habido, me refiero a Gianni Meersman. El equipo BMC va a ganar la clasificación por equipos gracias a la desidia del pelotón en la etapa de Urdax Dantxarinea  que se permitió el lujo de entrar a más de media hora del ganador de la etapa. Eso fue un pitorreo a la carrera y una dejación de funciones del Movistar que era líder en esa clasificación. Esto y la repesca de 91 corredores en la etapa de Formigal que llegaron fuera de control a más de 50 minutos ha sido lo peor de esta Vuelta.

En lo más cercano, destacar el 18º puesto de Sergio Pardilla. Lástima que la última semana se le ha hecho muy larga. Podía haber acabado muy cerca de los diez primeros.

Termino haciendo una reflexión acerca del recorrido de la Vuelta. Ha habido voces críticas acerca de la idea de colocar finales de etapa con rampones tremendos para dar espectáculo. Puede parecer bien la primera o la segunda vez por la espectacularidad de la subida, pero la repetición continua de estos hechos termina cansando en el pelotón. De ahí el hartazgo expresado por algunos ciclistas como David López o incluso Contador por este tipo de trazado. Es cierto que esta política de espectáculo se ha introducido en los últimos cuatro o cinco años, no más, desde que Javier Guillén está como director general, y que al principio supuso toda una innovación, sumó afición y dio prestigio a la ronda. Pero cuando se abusa, se termina cansando y puedes hacer que se produzca el efecto contrario, el efecto boomerang, se te puede volver en contra y que los ciclistas huyan de la Vuelta. Ézaro, La Camperona o Mas de la Costa son puertos muy cortos pero tremendamente explosivos en los que se busca que el ciclista se retuerza en la bici ante pendientes disparatadas del 25 o el 30%. Con ello puedes conseguir un orgasmo efímero ante tanta dureza, pero al final no ha habido diferencias considerables. Ha habido más diferencias en la general en etapas con finales en puertos más largos que en esas ascensiones tan explosivas. 

Hay que articular un recorrido un tanto más racional, con etapas más largas, puertos más largos y desconocidos que también los habrá sin duda en España y alternando alguna vez con alguna rampa de estas explosivas, pero no abusar de ello. No entiendo que la etapa reina de esta edición sea una etapa que se corre íntegramente en Francia con colosos pirenaicos como Marie Blanque o el Aubisque. Aquí también se pueden buscar etapas de ese calibre y recorridos similares y no muy lejos de allí, como el pirineo navarro, oscense o catalán. Y eso lo sabe perfectamente Fernando Escartín, que es uno de los que diseñan etapas para la organización. 

España es un país riquísimo en paisajes y puertos de toda condición y naturaleza, muchos seguramente inéditos y por descubrir. No tenemos la grandeza y longitud de los míticos puertos pirenaicos o alpinos del Tour o de los dolomíticos del Giro y parece que optamos por la explosividad de puertos cortos y pendiente que parece una pared. La riqueza está en ir combinando etapas llanas, de media montaña y de finales en alto. No puede ser que haya solo dos o tres oportunidades limpias de llegar a un sprint masivo en una Vuelta de 21 etapas, sólo porque nos gustan los finales ratoneros con subidas, bajadas y curvas imposibles en los últimos kilómetros que lo que hacen es provocar caídas como le pasó al bueno de Kruijswijk que se encontró con un bolardo. Hay cosas que hay que corregir.

Esto debe entenderse como crítica constructiva. Termino y echando un vistazo a los diez primeros de la general en esta edición veo que no hay ningún español entre los diez primeros de la general, hecho que no sucedía desde hace 20 años en que el podio fue copado por 3 suizos (Zülle, Dufaux y Rominger). Malos tiempos para la lírica cantaba Golpes Bajos y malos tiempos son para el ciclismo español cuando no encontramos recambio para los Contador, Valverde y el ya retirado Purito Rodríguez.

Ah, ahondando en la herida, se me olvidaba. Solo ha habido una victoria de etapa de un ciclista español, la ya aludida victoria de David de la Cruz en el Naranco. Escasísimo bagaje de la representación española: 1 etapa y 3 puestos entre los 10 primeros de la general, 4º Contador, 7º De la Cruz y 8º Dani Moreno. Sabemos que es Vuelta a España porque se corre en la piel de toro (con excepciones como el Aubisque) pero no porque destaquen los ciclistas patrios. Una pena.


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