Roy Batty

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sábado, 9 de junio de 2018

Ilusión

En los años setenta del pasado siglo, casi en los estertores del franquismo, tres meses antes de morir el dictador, aparecía en la portada de la revista "Hermano Lobo", una viñeta de un dibujante llamado Ramón, en la que un tipo se dirige a la multitud aseverando ¡O nosotros o el caos! y la multitud enardecida grita "¡El caos, el caos!" para luego el susodicho terminar diciendo "Es igual, también somos nosotros". Trasladando esta viñeta a la actualidad se comprueba que el caos ha llegado y el mundo no se ha venido abajo. El fatalismo autodestructivo que vaticinaba el gobierno corrupto desalojado no ha sucedido y la vida sigue. Esta vez con un gobierno de gente competente y con unas prioridades muy claras: igualdad, competitividad, innovación, ciencia, apuesta por las energías limpias y cultura. Todo un plan de actuación que será difícil llevar a cabo ante la oposición de unos y otros pero las intenciones están claras. No le van a dejar actuar por intereses partidistas de unos y otros.



Una semana después de superar la máxima de muchos votantes (populares) de que el presidente elegido no le han votado sin darse cuenta de que es el Congreso el que elige y cesa al presidente del Gobierno, superado ese trauma inédito en la historia de este país como es la moción de censura regulada en el artículo 113 de nuestra constitución, llegamos a un nuevo tiempo cargado de ilusión pero con escepticismo en cuanto a la posibilidad de poder ejecutar una nueva política.

Parecía que el mundo se vendría abajo después de la marcha a rastras (como siempre) de Rajoy del gobierno, pero no ha sido así. Hay vida después de Rajoy. Pedro Sánchez ha compuesto un gobierno de gente muy capacitada cada una en su ámbito de actuación, y ha marcado sobre todo unas líneas claras de lo que pretende ser su gobierno. Quisiera destacar algunos miembros.

La apuesta por la mujer es clara. No solo son palabras. Son hechos. Las 11 mujeres del gabinete son 11 personas competentes y de reconocida solvencia en su ámbito de actuación.

Me parece acertadísima la elección de José Borrell como representante de la diplomacia española. Siempre lo he dicho. Borrell es una mente maravillosa. Un hombre que domina al menos 4 idiomas, ha sido presidente de la Eurocámara y un azote del independentismo catalán desmontando sus cuentos y cuentas, es un activo indiscutible para la política exterior española que estaba ninguneada en los últimos tiempos.

Hay dos señoras al frente de Economía y Hacienda. Ya no veremos la insoportable cara de Gollum Montoro. Son señoras de reconocida competencia. La de Economía, Nadia Calvillo ha sido Directora de presupuestos en la Comisión Europea. Ahí es nada. 

Otro acierto es la elección de Pedro Duque como ministro de Ciencia. Con esto lo que se pretende es impulsar la investigación, el desarrollo, la innovación en un país que tiene magníficos científicos y que han tenido que emigrar porque no había una política de estado en materia de ciencia. Poner a un astronauta como director de la política científica de este país supone un espaldarazo definitivo para la investigación. Veremos qué puede hacer, si le dejan.

También quiero destacar el impulso a las energías renovables con la creación del Ministerio de Energía, Medio Ambiente y Cambio Climático, al frente del cual se sitúa una convencida defensora como es Teresa Ribera. La apuesta es clara. España debe enterrar el impuesto al sol y aprovechar las energías limpias que tenemos y mucho en este país para no depender exclusivamente del petróleo. Eso es algo que está haciendo Alemania y ya es puntera en ese sentido, cosa que le producía estupefacción ante la inactividad española.

Es un gobierno cargado de intenciones pero debe saber que el camino está lleno de baches y nadie le va a dar facilidades. Pronostico (espero equivocarme) corta vida pero aún así Sánchez ha sabido plasmar las prioridades de un futuro gobierno lejos del ostracismo, la desidia, la convivencia natural con la corrupción y la apatía con la que el anterior gobierno pretendía seguir. Son aire limpio lejos de las caras avinagradas de los ministros anteriores llámense Cospedal, Montoro, Zoido, Catalá o Méndez de Vigo. No queremos más novios de la muerte ni más crucifijos ni Biblias. Queremos un país moderno, innovador, aconfesional e igual.

Como diría Rajoy, en España pasan cosas, muchas cosas y algunas buenas.




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