Ha terminado la trigésimo tercera edición de los Juegos Olímpicos de Verano celebrados este año en París, capital de Francia y toca hacer balance. En líneas generales se han desarrollado con total normalidad, sin ninguna alteración exógena y con una organización entiendo que bastante correcta. Francia ha sabido vender las bondades de París y ha sabido ubicar los escenarios deportivos en puntos clave de la ciudad. En ese sentido han acertado de pleno. Lo hacen habitualmente con la retransmisión del Tour de Francia y lo han hecho también aprovechando los Juegos Olímpicos: la difusión de un patrimonio material e inmaterial incomparable como la ciudad de París. En el ámbito deportivo, decir que Estados Unidos ha encabezado el medallero casi con el toque de bocina, nunca mejor dicho, con la final femenina de baloncesto gracias a una no canasta triple de Francia. Ha empatado con China respecto a medallas de oro pero su mayor número de medallas de plata le hacen situarse como primera en el medallero. En total, el podio olímpico lo integran Estados Unidos con 126 medallas, China con 91 y Japón con 45. Los Ángeles 2028 será otro cantar. Si en 2024 el dominio estadounidense es apabullante, en 2028 en Los Ángeles debe ser estratosférico.
Respecto a España, décimoquinto puesto en el medallero con 5 oros, 4 platas y 9 bronces, para un total de 18 medallas. Tal vez es éste nuestro nivel, estar en torno a 17, 18 o cerca de 20 medallas. Íbamos con la expectativa de superar las 22 de Barcelona'92 y algunos ya lo daban por hecho antes de empezar pero la realidad es la que es y tenemos lo que tenemos. Algunos se escudan en que hemos hecho 20 quintos puestos o nueve cuartos que podrían haberse traducido en medalla pero esto también les pasa a los países que tenemos por arriba o por abajo. La competición coloca a cada uno en su sitio.
A mí me parece un resultado corto para el nivel que supuestamente deberíamos tener como país de cerca de 49 millones de habitantes. Hay países como Canadá, Uzbekistán, Nueva Zelanda, Hungría o Países Bajos que nos preceden en el medallero, tanto por el total como por la cantidad de oros conseguidos. Uzbekistán ha conseguido nada menos que ocho oros, la mayor parte en boxeo, pero también en otras disciplinas como judo, taekwondo, halterofilia o lucha. Hay países que focalizan su competición en determinadas disciplinas donde son auténticos números uno.
España acudía a estos Juegos con la mayor delegación de su historia, 383 deportistas, pero este gran número no se ha visto reflejado en los resultados. Adolecemos de competitividad en muchas especialidades. No así en otras. Deberíamos plantear una política deportiva inversora con más medios y recursos formativos y de todo tipo en deportes que aunque sean minoritarios, tenemos gente preparada y formada que necesita un empujón para situarse en la élite. Los deportes mayoritarios como el fútbol donde en un mes hemos alcanzado la gloria europea y olímpica son deportes que van solos, solo necesitan el apoyo a la base, a las selecciones inferiores y se está haciendo un buen trabajo no solo en fútbol, sino también en baloncesto o balonmano.
Hago una reflexión acerca de la multiculturalidad y de la diversidad del deporte fruto sin duda del reflejo de la realidad social que vivimos. Hemos visto que muchos medallistas no solo de España sino de otros países son deportistas provinientes de otros países y que se han nacionalizado en otros países. El caso del atletismo es bastante llamativo. Sifan Hassan, Winfred Yavi o Jordan Díaz por poner algunos ejemplos de oro. El podio del triple salto masculino lo coparon tres deportistas de origen cubano que representaban a España, Portugal e Italia respectivamente.
No sé, es algo que me llama la atención y es fruto de la internacionalización del deporte. Ya las fronteras físicas pasan a un segundo plano cuando compiten gente de todo tipo y condición representando a países muy distintos de sus orígenes.
PD. Me llamó la atención sobremanera en la espectacular ceremonia inaugural donde los franceses exhibieron todas sus proezas y mostraron al mundo todas sus glorias presentes y pasadas, homenajeando durante el recorrido de la llama olímpica a sus mejores deportistas de siempre, ya digo me llamó la atención la ausencia de quién para mí es un icono del deporte francés de todos los tiempos, probablemente el mejor ciclista de la historia de Francia. Me estoy refiriendo a Bernard Hinault. Tal vez sea porque soy un loco del ciclismo y venero a las glorias del ciclismo de antaño.
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