Roy Batty

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domingo, 14 de julio de 2013

Bárcenas Gate

¿Qué tiene  que ocurrir en este país para que un gobierno o su presidente dé explicaciones sobre lo que está pasando con un señor, Luis Bárcenas, que trabajó en el PP durante más de veinte años como gerente o tesorero y que ahora se encuentra en la cárcel acusado de malversación de fondos en una oscura operación de financiación ilegal del PP así como reunir un importante cantidad de dinero en cuentas suizas y en el extranjero? ¿Se imaginan qué hubiera sucedido si esto hubiera ocurrido en el PSOE lo que hubieran dicho los medios de la derecha? Sí, ya estarían todos los socialistas ahorcados y colgados del palo mayor. Sin embargo, el gobierno enmudece y no pasa nada. Nos toman por tontos.


Estamos ante el mayor escándalo político en la historia de este país y la respuesta del presidente del gobierno, señor Rajoy, es callar. Dicen que quién calla otorga pero es que este sujeto no se inmuta con nada, es un mudito víctima de su ineptitud y de la más vulgar mediocridad. ¿Qué se puede pensar de un sujeto que ante el mayor rescate financiero de este país lo único que se le ocurre es ir a ver un partido de fútbol? 

Rajoy piensa que lo que hay que hacer es aguantar, dejar pasar el temporal, que ya escampará. En definitiva, hacer lo que le decía al tesorero cuando saltó el escándalo en enero: "Resiste, Luis". ¡Qué vergüenza! En cualquier país mínimamente civilizado este escándalo de sobresueldos a altos cargos políticos y financiación ilegal ya habría supuesto la dimisión del gobierno en pleno y la sustitución por otro gobierno o convocatoria de elecciones. He dicho país mínimamente civilizado. Este no lo es. En Gran Bretaña un ministro dimitió por mentir sobre una multa de tráfico que endosó a su mujer siendo suya. En Alemania, una ministra dimitió por plagiar una tesis doctoral hace más de veinte años. En España no dimite ni Dios.

Estoy convencido que la contabilidad B o paralela de donaciones de empresarios y reparto de sobresueldos a dirigentes populares es totalmente cierta, por mucho que el partido gobernante trate de desacreditarla apelando a la honradez del presidente del gobierno frente a la deshonestidad del que ahora llaman delincuente y hasta hace nada decían que nadie podrá probar que no es inocente.

Esperemos que el señor Bárcenas aclare ya de una vez por todas todo lo sucedido con pruebas y rompa el silencio o la omertá que le pidió el partido negándolo todo, una vez que ha probado las vistas de su nueva residencia, por ahora de verano, pero que parece que va a ser permanente, como es "Soto del Relax". Lo que tiene que hacer este señor es probar todo lo que ha salido en los medios para que el impresentable de Marhuenda y gente afín se tenga que rendir ante la evidencia y reconocer que Rajoy y todo el PP mintió en relación con su ex-tesorero.

Y cuando uno miente, el siguiente paso es la dimisión irrevocable. Bárcenas es el Watergate del PP. Tarde o temprano, más temprano que tarde, el mudito e inepto Rajoy acabará dimitiendo cual Nixon porque el olor putrefacto alcanzará las instalaciones de la Moncloa.


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