Moscú 2013

Ayer comenzaron los XIV Mundiales de atletismo en Moscú. Me encanta el atletismo. Hoy me ha sorprendido, aparte de la exhibición habitual de Usain Bolt, a la que ya nos tiene acostumbrados cita tras cita, 9.77 en pista mojada, decía, que aparte de la machada del jamaicano en los 100 m, quisiera destacar algo que los medios no dan tanta importancia pero que es realmente impresionante. He alucinado con la exhibición de una pequeña gran atleta.


Estoy refiriéndome a la etíope Tirunesh Dibaba, quién se ha proclamado por tercera vez en su carrera campeona del mundo de los 10.000 m, logro que no conseguía desde Osaka 2007. Alucino cuando veo una última vuelta a la pista realizada por esta pequeña atleta en menos de un minuto, con una zancada impresionante y dejando atrás a keniatas y compañera etíope. ¡Qué portento! No sé cómo calificar a esta atleta. Hace lo mismo que su homónimo Bekele en hombres. Arrasa en la última vuelta.

Y resulta que no va a competir en 5000 porque así lo ha decidido la federación etíope para no hacer sombra a Meseret Defar, el otro gallo en este impresionante corral etíope. Lo dicho, me parece impresionante el dominio africano en el fondo y medio fondo y particularmente es admirable la calidad de esta menuda, chiquitina pero matona atleta etíope. ¡Bravo Tirunesh!