Roy Batty

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domingo, 21 de diciembre de 2014

Fútbol femenino

A continuación reproduzco mi carta de opinión publicada en EL PAIS SEMANAL de hoy 21 de diciembre, relativa a un reportaje del 7 de diciembre sobre el fútbol femenino en España a raíz de la participación de la selección en el mundial de Canadá en 2015. En ella quiero hacer un análisis, a mi entender, de porqué el fútbol femenino en este país no tiene la repercusión, no ya mediática sino también cultural o social, que la que tiene el masculino o la que tengan otros deportes en su versión femenina. Aún recuerdo, cuando tuve responsabilidades de gobierno local, como concejal de deportes, la frase despectiva y misógina, de un dirigente deportivo local de fútbol masculino, diciendo: ¿cómo van a jugar al fútbol mujeres? Todo ello en referencia al equipo local femenino que en aquellos años iniciaba su andadura en la competición provincial y regional, andadura que duró un par de años o tres, no más.


Machismo en el fútbol

Interesante el reportaje dedicado al fútbol femenino en España (7-12-2014). Es este un país de grandes contrastes y el fútbol femenino es prueba de ello. En un país donde el fútbol masculino mueve lo que mueve y arrastra lo que arrastra, sin embargo, su versión femenina prácticamente está desaparecida. Aunque no se quiera reconocer por ser políticamente incorrecto, aún hoy persiste el viejo latiguillo de que el fútbol es de hombres.


Creo, al igual que sus protagonistas, se trata de un problema de machismo y de igualdad, mucho más acentuados en un deporte en el que a la mujer se la ve y se la trata despectivamente. Comparativamente hablando, ni que decir tiene, que el baloncesto, el balonmano o el waterpolo femeninos han ganado en los últimos años un prestigio, una consideración y un reconocimiento del que el fútbol está aún a años luz. Y así mientras elogiamos a deportistas de la talla de Amaya Valdemoro, Macarena Aguilar o Jennifer Pareja y las calificamos de guerreras de oro, a Verónica Boquete le cuesta todavía hacerse un hueco en el imaginario colectivo del deporte en este país. Y no digamos nada si la comparamos con Mireia Belmonte.




El problema del arraigo del fútbol femenino en este país es un problema de educación y de mentalidad retrógradas desde la base y coincido con la entrenadora del Rayo cuando afirman que las cosas no cambian cuando las mismas personas llevan 25 años en sus cargos. Si las autoridades deportivas y los medios de comunicación apostaran por las chicas en el fútbol, la cosa cambiaría. Y es de agradecer que muchos clubes de Primera apuesten por la sección femenina en fútbol. No así el Real Madrid, que sólo ve números y dólares en su apuesta deportiva y de ahí que solo cuente con una sección más aparte del fútbol. Y por supuesto, nada de femenino.

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