Christopher Lee

Ayer conocíamos el fallecimiento del actor británico Christopher Lee a los 93 años de edad. Ayer decíamos adiós al Conde Drácula, a Saruman, al conde Dooku,... Fue un actor prolífico. De hecho dicen que participó en más de 250 películas desde 1948. Es uno de los casos de longevidad artística más destacados de la historia del cine, solo por debajo en cuanto a número de producciones de Rod Steiger. Christopher Lee siempre será la imagen del conde Drácula en aquellas míticas producciones de terror de la productora británica Hammer a finales de los cincuenta y principios de los sesenta, que encumbraron a este gran actor, al lado de otro gran actor británico como fue Peter Cushing. Fue su principal sello de identidad en su amplia y dilatada trayectoria profesional y se encasilló en el género de terror donde realizó innumerables películas.

Fuera de la Hammer, Lee protagonizó varias películas de la saga de Fu Manchú a finales de los sesenta. En los setenta fue villano en películas como Los tres mosqueteros (1973) donde daba vida al conde de Rochefort o en una película de la saga James Bond, El hombre de la pistola de oro (1975) donde encarnaba a Francisco Scaramanga rival de Bond encarnado por Roger Moore.

En los años noventa del pasado siglo fue rescatado de alguna u otra forma para la gran pantalla de mano de hombres como Tim Burton, George Lucas o Peter Jackson. Fue su resurrección cinematográfica y la guinda a su legado. Con Burton, ferviente admirador de Lee, trabajó en Sleepy Hollow ó Charlie y la fábrica de chocolate. Lucas le dió el papel del Conde Dooku para la segunda y tercera parte del inicio de la trilogía de Star Wars. Y fue Peter Jackson el que le encumbró en el papel del malvado Saruman en la grandiosa trilogía de El señor de los anillos.

Nunca recibió un Óscar, aunque hubiese merecido uno honorífico, sólo sea por su extensa, dilatada y brillante trayectoria cinematográfica. ¡Cuántos han recibido un Óscar honorífico con muchos menos méritos que Christopher Lee!