Termina esta edición del Eurobasket con el sorprendente triunfo de la selección de Eslovenia, la cual no ha perdido ninguno de los nueve partidos disputados habiendo cimentado su triunfo con un trío de auténticos maestros de la canasta, el formado por Goran Dragic, Luka Doncic y Anthony Randolph. Eslovenia ha sido el único obstáculo que ha encontrado España en su camino al oro. Ganaron de 20 a España en semifinales y ésta tuvo que conformarse con la medalla de bronce ante Rusia.
La final ante Serbia recordaba los tiempos gloriosos de la antigua Yugoslavia. La verdad es que son dos selecciones herederas de la tradición yugoslava. Jugadores muy buenos desde el perímetro y dentro de la pintura. Aquí se ha revelado como una gran promesa de futuro el jugador del Real Madrid Luka Doncic.
De Serbia decir que tienen una clase innegable. A pesar de las numerosas bajas con las que acudían, como Kalinic, Raduljica, Nedovic o Teodosic, el equipo de Sasha Djordjevic no se dio por vencido en ningún momento y estuvo a punto de llevarse el Eurobasket. Plantó cara a los eslovenos con un sensacional Bogdan Bogdanovic y un estelar Marjanovic, un tipo de 2,22, nada torpe en a pintura.
La verdad es que los balcánicos llevan el baloncesto en la sangre. Son competitivos al máximo. Das una patada a una piedra y aparecen 20 baloncestistas de primer nivel. Si se juntaran todas las ex-repúblicas yugoslavas podrían formar un equipo imbatible capaz de plantar cara a los todopoderosos Estados Unidos. Si Serbia ha llegado a la final, jugando con todas esas ausencias antes citadas, qué hubiera sido capaz de hacer con todos esos ausentes. Se hubiera salido del mapa.
Y con respecto a España, decir que ha tenido una buena actuación ganando la medalla de bronce. Solo tuvo un partido malo, que fue frente a Eslovenia en semifinales, pero no se puede ganar todo y nos tienen acostumbrados a ganarlo todo. Tal vez este año nadie esperaba la irrupción sorpresa de Eslovenia.
Destacar también la despedida del gran Juanki Navarro, uno de los mejores escoltas del baloncesto español de la historia, sino el mejor, que dijo ayer adiós a la selección en su partido 253. Se va uno de los más grandes, se va la "bomba" Navarro, un jugador que creó un tiro que lleva su nombre. Se va con la cabeza bien alta y con un palmarés impresionante.
Cuando se vayan los "junior de oro" parece que a cosa se va a poner difícil. Pero hay futuro, hay relevo asegurado. Viendo a los hermanos Hernangómez jugar con un desparpajo descomunal el futuro de la selección parece halagüeño.
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