Hoy nos hemos despertado con la tristísima noticia del fallecimiento de Antonio Fraguas "Forges", uno de los mejores humoristas gráficos de la historia de este país, sino el mejor. A través de sus viñetas ha ido pasando la realidad cotidiana de este país y sus blasillos han puesto cara a las situaciones de la vida diaria siempre produciéndonos una sonrisa o una carcajada por el tino con el que su autor nos desvela su sarcasmo y su ironía de la realidad. A veces muchas viñetas eran más reales que la propia realidad.
Forges ha sido un filósofo, un erudito, un auténtico visionario de la realidad. No ha sido un tertuliano al uso de los que pueblan los programas de televisión que parece que lo saben todo y no tienen ni idea de nada. Forges conecta con el público porque expresa lo que el público siente: el hartazgo, la manipulación por parte de los poderes públicos y privados, el mangoneo, la crítica contra todo lo establecido. Todo eso lo ha expresado Forges a lo largo de los últimos 50 años de este país en viñetas impregnadas de sátira, cabreo, mala leche y crítica generalizada contra las injusticias, riéndose de todo lo divino y de lo humano.
Se va probablemente el mejor humorista gráfico de este país y deja un hueco inmenso en la página de opinión de EL PAÍS. Ya no será lo mismo abrir esa página y no ver la viñeta de Forges que describía más fielmente la realidad que el propio editorial que tenía a su izquierda.
Ya sólo resiste el gran Francisco Ibáñez en cómic. Se va uno de los grandes del dibujo gráfico, de la viñeta.
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