Roy Batty

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lunes, 19 de marzo de 2018

Siguiendo a papá

Hoy, 19 de marzo, se celebra el Día del Padre. En el mundo del deporte han sido innumerables las sagas familiares que han tratado de seguir la estela de sus predecesores y a veces, muy pocas, han conseguido ser incluso mejores que sus progenitores, cuando en realidad las comparaciones son odiosas y pesa mucho la figura de papá. A la mente, a bote pronto, se me vienen ahora en fútbol, la saga de los Sanchís, o la saga de los Marcos: Marquitos, el Marcos "Pichón" y el actual Marcos Alonso; los Cruyff, Johan y Jordi, si bien el primero fue un icono del fútbol mundial; o los Maldini, Cesare y Paolo o los Alcántara, Mazinho, Thiago y Rafinha. En el caso de los personajes que aparecen en la foto, el padre tenía la sombra muy alargada y pesó mucho en la carrera del hijo. 


En automovilismo estuvieron los británicos Graham y Damon Hill o los canadienses Gilles y Jacques Villeneuve, o el finlandés Keke y el alemán Nico Rosberg o la saga española de Carlos Sáinz. En motociclismo, los Nieto hijos no llegaron nunca a alcanzar ni un ápice de lo que fue la figura de su padre Ángel, recientemente fallecido. En tenis destacó Yannick Noah, el último francés en ganar Roland Garros, y su hijo Joakim tiró por el mundo de la canasta donde es un jugador de la NBA y se le conoce como el hijo del tenista. Hablando de baloncesto, Arvydas y Domantas Sabonis. En fin, seguro que me dejo muchas más sagas. La historia es interminable pero he citado las más significativas.

Pongo esa foto porque mi padre veneraba a Eddy Merckx. Decía que no había ni hubo ningún ciclista mejor en la historia y tenía toda la razón. Hablaba maravillas del belga, al que había visto correr en el Palacio de los Deportes en Madrid, en aquellas carreras de exhibición que se hacían generalmente a final de temporada, en octubre, en un velódromo cerrado, para deleite de aficionados al ciclismo. Tal vez esa pasión me la contagió a mi y yo, que no vi correr a Eddy Merckx por razones de edad, enseguida me empapé vía lectura de lo que supuso el Caníbal en la historia del ciclismo. Y tenía razón mi padre. 

Sirva esta foto de homenaje y recuerdo a papá. Por cierto, el niño de la foto es su hijo Axel, que también llegó a ser ciclista profesional pero muy lejos de su padre.


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