El pasado domingo 16 de septiembre se batieron dos récords del mundo de atletismo. El keniata Eliud Kipchoge batió el del maratón rebajando el anterior en un minuto y 18 segundos hasta dejar el nuevo récord en 2 horas 1 minuto y 39 segundos. Lo hizo en Berlín, la ciudad de los récords del mundo de maratón. Por otra parte, el francés Kevin Mayer, campeón del mundo en Londres 2017, batió el récord del mundo de Decathlon en Talence, dejando la nueva marca en 9126 puntos, en una prueba hecha a la medida del decatleta francés. Son dos récords inesperados al producirse una vez finalizada la campaña.
Con la marca de Kipchoge sigue el debate de si es posible que un humano corra los 42.195 metros de la maratón en menos de 2 horas. Recordemos que Kipchoge fue el del Experimento Monza, aquél que consistía en correr la distancia en el circuito de Monza, sin apenas viento, con todas las liebres que quisiera a su alrededor y con unas zapatillas que por lo visto volaban. No debieron volar lo suficiente dado que no consiguió su objetivo. Creo que bajar de las dos horas en maratón me parece algo utópico a pesar de que el keniata haya conseguido bajar la anterior plusmarca en más de un minuto, lo cual me parece una salvajada.
Por otro lado me sorprende sobremanera que el francés Kevin Mayer bata el récord de decathlon cuando no había hecho nunca una de las mejores marcas de todos los tiempos.
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