Ojo con el ecuatoriano Richard Carapaz que es el tapado de esta edición del Giro. Está andando como nadie y mantiene a raya a todos sus rivales en la montaña. Tras su victoria en Courmayeur el sábado pasado, el ecuatoriano está demostrando que es el que mejor sube. Lo que comenzó como el Plan B de Unzúe para la general parece que va a terminar como el Plan A de la escuadra telefónica. Roglic, que apuntaba a favorito, se va descolgando en cada subida y Simon Yates que presumía de forma antes de empezar el Giro, se queda a las primeras de cambio. Decepciones anticipadas. El colombiano Supermán López también ha perdido tiempo con los favoritos. Tan solo Nibali y Mikel Landa pueden aguantar el ritmo del ecuatoriano.
De aquí al domingo, donde tendrá lugar la contrarreloj de Verona, el objetivo de los Movistar, el mejor equipo de la carrera, es desfondar a Roglic de tal manera que pierda tanto tiempo que no pueda compensarlo con la contrarreloj de 17 km de la que es un consumado especialista.
Dicen los que entienden que si Carapaz llega con más de dos minutos de ventaja sobre Roglic, sus posibilidades de ganar esta edición del Giro son muy favorables. El esloveno tendría que meter más de 7 segundos por kilómetro al ecuatoriano, empresa harto difícil dado que la contrarreloj no es totalmente llana, sino que tiene una subida a mitad de su trazado.
La verdad es que Carapaz es el tapado de Movistar. La escuadra telefónica llevaba a Landa de líder pero el ecuatoriano está intratable en el terreno. Veremos si el alavés es capaz de sacar tiempo en las dos etapas montañosas que aún quedan, la del viernes y la del sábado. La etapa de mañana jueves se prevé como la última opción de los sprinters Ackermann y Démare para dirimir quién se hace con la maglia ciclamino, la de los puntos.
Hay cuatro candidatos a los tres puestos del podio: Carapaz, Roglic, Nibali y Landa.
Veremos.
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