Susana

El PSOE ha ganado claramente las Elecciones Autonómicas de Andalucía celebradas ayer obteniendo 47 escaños, los mismos que obtuvo hace 3 años. El PP se desploma y cae de 50 a 33 escaños y pierde medio millón de votos. Podemos se hace con la tercera plaza irrumpiendo en el Parlamento Andaluz con 15 escaños. Ciudadanos logra 9 escaños. IU baja de 12 a 5 escaños. Podemos decir claramente que el PSOE es el gran triunfador al mantenerse y recuperar la primera plaza pese a la entrada de nuevas formaciones como Podemos y Ciudadanos. PP e IU son los grandes perdedores de estos comicios. Ver hoy las cabeceras de los medios de derecha y ultraderecha resulta antológico. Se esconden bajo la mesa, y tapan como pueden el descalabro del PP tratando de justificar y ver el triunfo del PSOE como un freno a Podemos, al cual identifican con el demonio con rabo y tridente. ¡Antológico! Ninguna autocrítica de estos medios después de una feroz campaña contra el PSOE y Susana Díaz.

Susana Díaz es la gran triunfadora de estas elecciones. Se convertirá en la primera mujer presidenta de la región más poblada de España elegida democráticamente. Las convocó para legitimar su presidencia en las urnas y a pesar del catastrofismo y los malos augurios que le pronosticaban los agoreros de siempre, ha acertado y podrá gobernar en solitario con acuerdos puntuales. Susana es un ciclón político, ha irrumpido en el panorama político andaluz y español con una fuerza arrolladora. El parlamento andaluz recién elegido expresa claramente la pluralidad que se vive en la sociedad andaluza y por ende del resto de España. Susana ha salido airosa del envite y esto supone un revulsivo muy importante y necesario para el PSOE nacional, al que muchos querían dar ya por muerto, de cara a las elecciones municipales y autonómicas a celebrar el 24 de mayo.

En el PP, el batacazo ha sido monumental y hasta el momento no hay atisbo de autocrítica. No quieren darse cuenta que la gente ha castigado las políticas de Rajoy. Este señor, que se ha paseado ampliamente por Andalucía en esta campaña, parecía que era él el candidato y no el paracaidista Moreno Bonilla al que designó hace un año para afrontar la travesía del desierto que les viene. Rajoy es el culpable directo del fracaso andaluz. Anoche no tuvo cojones a dar la cara y salir a dar explicaciones. Ni él, ni la odiosa secretaria general. Se escondieron debajo de la mesa y enviaron al niño pijo Pablo Casado a dar la cara. ¿Reconocerán alguna vez que los errores en su gestión le están pasando factura electoral? Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar.

Por otro lado está el fenómeno Podemos. Han irrumpido con fuerza en el Parlamento andaluz con 15 escaños pero lo que debería ser un triunfo y orgullo para este movimiento, algunos de la cúpula lo consideran un fracaso porque su objetivo es ganar y tienen tanta "ansia viva" de poder, tanta soberbia y tanta prepotencia, que se les queda corto el resultado y eso que acaban de nacer. Decirle a su candidata andaluza, que dijo que las fuerzas del bipartidismo han perdido 17 escaños, que no es así, que ha sido el PP el que ha perdido 17 escaños. De los cuales, si lo hacemos aritméticamente Podemos se podía haber beneficiado de 8 escaños provenientes del PP y 7 que ha perdido IU.

Ciudadanos irrumpe como cuarta fuerza política en Andalucía con 9 escaños. Ha sabido hacerse hueco en el centro derecha robándole la cartera al PP, gracias a su radicalidad y desprecio mostrado por éstos. Les han llamado despectivamente "catalanes" o "Naranjito" y ellos han sabido reírse con elegancia de esas tonterías y les han sacado rédito electoral. Tiene su mérito. Acaban de llegar y han conquistado un espacio que no preveían y amenazan con seguir ampliando. Son la cara amable de una derecha civilizada similar a la que pueda existir en Europa, desprovista de la radicalidad y el odio que desprende el PP.

Por último, IU baja de 12 escaños a 5. El batacazo es serio y considerable. Ellos lo achacan al gobierno en coalición con el PSOE, pero se equivocan si no ven que Podemos les está comiendo la tostada y amenaza con engullirlos a nivel nacional. Necesitan también hacer autocrítica y reconocer que pueden haberse equivocado.

El día después de unas elecciones, los partidos deberían ser autocríticos y no enrocarse en posiciones inamovibles. El pueblo ha hablado y lo ha hecho con claridad. Se ha puesto de manifiesto un nuevo tiempo en el que las mayorías absolutas van a pasar a la historia y es tiempo ahora de hablar, dialogar, pactar y no imponer.