Roy Batty

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miércoles, 11 de marzo de 2015

Zaida Cantera

Si hay alguna institución en este país en la que todavía se ven ciertos comportamientos endogámicos, antidemocráticos, corporativistas, machistas y misóginos por parte de algunos mandos, Iglesia aparte, ésa es el ejército. El ejército en este país es cerrado y opaco. Que no pretendan hacer una ley de transparencia para esa institución que no lo van a conseguir. Lo que hemos visto estos días con el caso de la comandante Zaida Cantera, víctima de acoso sexual por parte de un teniente coronel es una muestra de ello. La sinvergonzonería mostrada hoy por el ministro de Defensa, señor Morenés, ante una pregunta de una diputada de UP y D, (un lobbysta que se dedica a vender armamento al ejército por sus "ex-empresas" y es incapaz de solidarizarse y apoyar a Zaida y mucho menos condenar el brutal acoso y derribo al que fue sometida esta mujer), es otra muestra más del cinismo e hipocresía reinantes de la derecha de este país. Por si fuera poco, ¿qué hacen las diputadas del PP aplaudiendo y riéndole las gracias al ministro? ¿es que no empatizan con esa mujer ni les da vergüenza lo que ha sufrido por parte de un tipo miserable que se creía que teniendo más estrellas con más puntas en los hombros ya tenía derecho a vejar a una subordinada, por el hecho de ser ésta mujer?



En este país todavía subyacen muchos tics vergonzosos del pasado. En el ejército subsisten aún hoy en día, comportamientos propios de hace 50 ó 60 años. Todavía hay muchos que no han entendido la igualdad de pleno derecho en la sociedad en la que vivimos y esto de haber mujeres en el ejército lo llevan fatal. Todavía hay cavernícolas en el ejército y el caso de Zaida Cantera demuestra que no hemos aprendido mucho civismo e igualdad en todo el periodo democrático. El caso de Zaida estoy convencido que no es el único y muchas mujeres callan por temor a verse degradadas o expulsadas del ejército si se les ocurre denunciar.

Lo grave de todo esto es que los acosadores cuentan con el silencio cómplice de sus correligionarios y de las autoridades civiles, quienes callan, silencian y tratan de tapar ignominiosamente, aún conociendo las barbaridades que algunos cometen. Es totalmente repugnante y deleznable la actitud de taparse entre los altos mandos estos "pecadillos" de determinados salidos que tenemos en la institución. Y lo más vergonzoso insisto es que ningún gobernante, ningún ministro de Defensa no ya tenga cojones a expulsar a estos acosadores del ejército, sino que sea incapaz de condenar todo abuso de autoridad existente que lamine la igualdad de género. Y las diputadas del PP riéndole las gracias al ministro de Defensa, igual que se las reían al señor León de la Riva, alcalde de Valladolid, cuando lanzaba exabruptos contra las mujeres. Deben estar educadas en la resignación y en el aguante machista que les inculcaron durante el franquismo. No tienen sangre para rebelarse sino que ven todo esto como normal porque el hombre es el que manda y el que lleva los pantalones. Resignación cristiana. ¡Qué vergüenza que en pleno siglo XXI estén aún pasando estas cosas en este país!

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