En un deporte en el que casi siempre ganan los mismos la Liga, se agradece que por una vez, muy de vez en cuando, la gane uno que no es habitual. En este caso se agradece que el Valencia Basket haya ganado la 61ª edición de la Liga de Baloncesto de España, la llamada Liga Endesa o Liga ACB, por primera vez en su historia (en su segunda final) derrotando al gran Real Madrid del señor Florentino. Evidentemente el mérito recae en un estupendo bloque de jugadores si bien, yo no me cansaré nunca de culpabilizar de este exitazo a su técnico, Pedro Martínez, un hombre callado, voluntarioso y extraordinariamente profesional que ha conseguido el mayor éxito en su dilatada carrera deportiva en los banquillos de la ACB.
Pedro Martínez es uno de los mejores entrenadores de baloncesto de este país, aparte de ser de los más veteranos en esto del baloncesto nacional. Es el segundo entrenador con más partidos dirigidos en la ACB después del gran Aito García Reneses. Es un trotamundos del baloncesto. Ha dirigido al Joventut, Manresa, Gran Canaria, Sevilla, Vitoria o Valencia por decir la mayoría de plazas en las que ha entrenado. Siempre equipos modestos a los que ha dirigido con gran maestría. Empezó muy joven, con tan solo 29 años, en el equipo que le dio su primera oportunidad, el Joventut de Badalona, la Penya. Tras la destitución de Herb Brown en marzo de 1990, el Joventut decide dar la oportunidad al técnico de su cantera. Pedro Martínez ganó ese año la antigua Copa Korac.
Desde ese año, y a lo largo de casi 30 años en los banquillos ha ido labrándose una gran carrera como entrenador que ha culminado con un estupendo trabajo desarrollado en Valencia. Ya el año pasado, el Valencia Basket fue durante muchas jornadas líder de la Liga Regular. Y este año ha llegado a 3 finales; la Copa del Rey donde perdió con el Real Madrid por 2 puntos; la Eurocup donde perdió con Unicaja a pesar de tener a favor el factor cancha y ha ganado esta Liga al todopoderoso Real Madrid a pesar de tener el factor cancha en contra, ganando un partido en Madrid y dos en la Fonteta haciéndose así con la gloria de su primera Liga, pese a haber sido tercero en Liga Regular.
El bloque de Valencia tiene una estructura magnífica: Diot en la dirección, San Emeterio y Sikma en las alas y Oriola y Dubljevic en la pintura. Si a ello añadimos a gente como Guillem Vives, Rafa Martínez, Joan Sastre, Romain Sato o Will Thomas, el espectáculo está servido. Tiene donde elegir el seleccionador Sergio Scariolo entre los nacionales de este equipo por su calidad contrastada. A la entidad del gran Fernando San Emeterio hay que unir el desparpajo de Guillem Vives o la clase de Rafa Martínez y Joan Sastre, o a la sensación del pivot Ariola.
Es bueno siempre que los equipos menos dotados económicamente, que no pueden tirar de chequera, venzan a los todopoderosos. Esto hace grande al deporte cualquiera que sea éste. Enhorabuena al Valencia.
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