Así terminaba un famoso anuncio publicitario de un coche en los años 90 en la que un abuelo de un pueblo perdido de la mano de Dios, le pregunta a su visitante sobre la actualidad del país. Pues parece ser que sí, el Real Madrid consigue por duodécima vez la Copa de Europa o como ahora se llama la Champions League. Este equipo llega a las finales y las gana, a diferencia de su rival de ayer, la histórica Juve de Turín, que llega a las finales pero las pierde. Nada que objetar. Justo vencedor el equipo blanco.
La verdad es que Zidane ha conseguido construir un bloque compacto y muy difícil de superar. El francés trata de pasar inadvertido, no da un ruido, no da que hablar y a la chita callando ahí está consiguiendo 2 Champions y una Liga en poco más de año y medio que lleva al frente del equipo blanco. Excelente tesoro que no sé si sabrán conservar cuando vengan épocas de vacas flacas. Con la poca paciencia que tienen en el equipo blanco cuando se tuercen las cosas (ya les ocurrió con Del Bosque y Ancellotti) no me extrañarían que hicieran lo mismo con Zidane.
Ahora son todo días de vino y rosas. El futuro en el fútbol es impredecible. Lo que es cierto es que el Madrid ha conseguido formar un bloque casi indestructible con un equipo perfectamente reconocible y memorizable. Y si además consigue llegar a las finales y las gana, mejor que mejor.
Creo recordar que no pierde una final de la Copa de Europa desde aquel remoto 1981 de la final del Parque de los Príncipes de París con el mítico Liverpool de Bob Paisley. Posteriormente en 1983 perdió una final de la Recopa de Europa frente al Aberdeen escocés que dirigía un desconocido Alex Ferguson. Desde entonces ha ganado todas las finales europeas que ha disputado.
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