Es evidente que siento veneración por Blade Runner. No en vano este blog se nutre, se conforma, se forma con imágenes y diálogos de esta obra mítica de 1982. Es por ello que, confieso que iba con cierta cautela, con cierta precaución, ávido de visionar la secuela de Blade Runner estrenada el pasado 6 de octubre. Como diría Roy Batty, no es fácil ver a tu creador. Y me ha gustado. No me ha decepcionado. Es una historia, sin duda, deudora de su original y aunque inferior a ella (no alcanza la categoría de obra maestra como la de 1982) mantiene un estilo y una estética digna, decorosa y aceptable. Denis Villeneuve ha logrado una secuela lustrosa. Recomendable sin lugar a dudas. Vamos a desmenuzar un poco 2049 intentando no hacer spóiler.
La acción se sitúa en California en el año 2049, 30 años después de la historia original situada en Los Ángeles 2019. Se mantiene la estética vanguardista de las imágenes con luces de neón (no aparece TDK pero aparece SONY, la productora de la película), las naves volando, las bicicletas, y el mercadillo callejero de la primera entrega. Estamos en lo mismo. Los replicantes invaden la Tierra y hay un blade runner que se dedica a retirar replicantes o pellejudos. En cuanto a escenario hay poca variación si bien las nuevas tecnologías se imponen en aspectos visuales y holográficos.
En primer lugar, los personajes y sus actores me parecen muy correctos. Empiezo por el principal, K o Joe, un Ryan Gosling impecable en la piel de un blade runner (un retirador de pellejudos). La secuencia inicial del retiro de un pellejudo me parece impecable. Gran labor la de Gosling que comparte pantalla con el blade runner original, Rick Deckard / Harrison Ford y lo hace muy dignamente.
Paso a Ana de Armas o a la virtual Ana de Armas, con un personaje que hace de compañera del protagonista y una presencia fresca, sensual y cautivadora. Sin lugar a dudas con esta actuación la cubana gana muchos enteros. A tener muy en cuenta.
Jared Leto es ahora el nuevo Tyrell, más concretamente Wallace, la nueva corporación. Es el nuevo creador de replicantes pero mucho más siniestro. Él es el que da y quita la vida. Metáfora sin duda aleccionadora. Está muy bien en su cometido. Su ayudante, una desconocida pero impresionante Sylvia Hoeks se convierte en su brazo ejecutor. Esta actriz está muy bien en su malvado papel.
Y Harrison Ford. Rick Deckard vuelve a aparecer 30 años más tarde. ¿Qué ha sido de él? Y aparece hecho un ecce homo. Se trata de una especie de Atrapado por su pasado. Tanto Gosling como Ford no pueden eludir su pasado y el filme es una búsqueda continua de lo vivido, de sus recuerdos.
También cabe destacar a una sorprendente Robin Wright como jefa de Gosling. Aparece hasta el gran Edward James Olmos, el Gaff de la primera entrega, con su papiroflexia. Me parece genial este detalle. Y hay un personaje ausente pero presente. Es decir, ya no está pero está. Me refiero a la inolvidable Rachel (Sean Young).
El filme está muy bien realizado y algunas secuencias son homenajes a otras cimas del cine. Hay un tramo de la película que recuerda La ciudad de los niños perdidos. La secuencia 06.10.21 se repite continuamente como la secuencia de Lost y el caballito de madera es un icono al igual que el unicornio de entonces.
La estética visual de la película recuerda mucho a su predecesora. La fotografía de Roger Deakins me parece magnífica y seria candidata al Óscar. Juega muy bien con los oscuros y los tonos claros y anaranjados dando la sensación de una atmósfera interestelar. La dirección artística en este sentido es de fábula ayudada claramente por el avance tecnológico. Las imágenes holográficas son espectaculares y un homenaje a grandes como Sinatra o Elvis.
Tan solo voy a poner un pero. La música. Acostumbrados como estábamos a la espectacular banda de Vangelis, la partitura de Zimmer y Wallfisch para esta secuela no llega a la altura deseada. Es correcta pero poco más. Y me parece muy bien que se rescate un tema de Vangelis para la secuencia final. Ahí han acertado.
La película, como su antecesora, es una alegoría de la vida. Flota, como en aquélla en el ambiente las dudas existenciales del ser humano en toda su historia: el de dónde vengo, adónde voy, y cuánto tiempo me queda. Esto no desaparece. Y los recuerdos son fundamentales en la vida del ser humano. ¿Qué recuerdos son reales o cuáles implantados? Todo esto está presente durante el metraje imitando así al original. Todo hay que verlo metafóricamente porque eso es la película una metáfora de la vida, como cuando continuamente se hace referencia al apagón. Aparte de la cuestión de la ética en la inteligencia artificial que está planteada en la película de forma descarnada.
Blade Runner 2049 no se desliga de su antecesora, vive de ella, homenajea al Blade Runner 2019 de 1982. Y lo hace muy dignamente con una dirección con oficio del canadiense Denis Villenueve y mucho respeto al original. No en vano han seguido contando con el guionista de la primera entrega, Hampton Fancher.
En definitiva, Blade Runner 2049 pasa por convertirse en una de las mejores películas de este 2017, lo cual visto lo visto no es muy difícil y al igual que su antecesora estoy convencido que el paso del tiempo le irá haciendo justicia y ganando enteros en el mundo del cine de ciencia-ficción. Película altamente recomendable.
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