Objetivo cumplido

La selección española de fútbol consiguió ayer al vencer por 3 a 0 a Albania la clasificación para el Mundial de fútbol que se disputará el año próximo en Rusia. No faltamos a un Mundial desde el de 1974 de Alemania y a una gran cita de competición por naciones desde la Eurocopa del 92 de Suecia. Sin duda la selección que ha conjuntado Lopetegui en esta nueva etapa se basa más que nada en jugones, señores bajitos con gran calidad técnica y ausencia total de artilleros o arietes.

Parece que la moda ahora es jugar sin un delantero centro tradicional. Se juega con mediapuntas o extremos pero se carece del típico ariete o delantero centro rematador. Así se ha visto en los últimos partidos disputados por la selección nacional con sobrecarga de hombres en el medio campo o con Isco como hombre más adelantado. Ayer jugaron con Rodrigo, jugador del Valencia, como hombre más en punta, cuando no es un delantero nato. 

Parece que la figura del delantero tiende a desaparecer. Lejos quedan los tiempos en los que se jugaba en 4-3-3 y florecían los extremos, izquierdo y derecho, con sus legendarias carreras y sus centros al ariete rematador. Ahora entramos en la época de los jugones, señores bajitos que tocan, tocan y tocan, y marean la pelota, en un sinfín de combinaciones que les lleva a marear al contrario y consiguen el efecto final de este deporte que no es otro, que alojar lo pelotita en la portería. Esos señores bajitos atienden por los nombres de Isco, Thiago, Koke, Saúl, Silva o Iniesta, entre los más significativos. Ahí está la base del éxito de la selección.

Quiero destacar la irrupción de un joven valor que va a dar mucho que hablar en los próximos años. Me estoy refiriendo al lateral derecho Álvaro Odriozola, jugador procedente de la Real Sociedad, que está haciendo grandísimos partidos con los txuri-urdin y que Lopetegui, sabiamente ha convocado y le ha dado una oportunidad ante la ausencia del carrilero titular Dani Carvajal. El joven Odriozola no ha desaprovechado la oportunidad y ha demostrado unas cualidades y un desparpajo subiendo la banda y poniendo centros al área realmente extraordinarios. Buen futuro se le vaticina al joven canterano realista.