Roy Batty

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domingo, 9 de diciembre de 2018

Boca-River

Hoy se disputa en Madrid el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors. Es increíble el despliegue mediático tanto papel como audiovisual que se le está concediendo a este partido de fútbol. Hoy EL PAÍS en su edición impresa le dedica 13 páginas a este partido. Es increíble. Me parece un auténtico disparate la repercusión que se le está dando a un partido que aquí en Europa no pasaría de ser un Borussia Dortmund vs Inter de Milán o un Arsenal vs Olympique de Marsella (con todo respeto para los clubes citados), atendiendo al nivel futbolístico de los contendientes. Pero la fiebre es la fiebre, y la pela es la pela, que es lo que importa. Mientras tanto llenamos ríos de tinta con la historia de estos dos clubes argentinos.



Todo lo que acarrea el fútbol en Argentina es demasiado apasionamiento. Se vive como una locura un enfrentamiento de esta índole. El fútbol pasa a un segundo plano. Es más, probablemente de los 22 jugadores que salten al terreno de juego, solo sean seleccionables para la albiceleste un par o tres de ellos, nada más. Todos los grandes jugadores argentinos están jugando fuera de su país.

Y si no que se lo pregunten al 10 del F.C. Barcelona que anoche hizo un partido bárbaro y anotó dos goles de falta majestuosos en el 0-4 al Espanyol. Messi es probablemente el mejor jugador de fútbol de la historia y lo tenemos jugando en nuestra liga. Lo que hace este hombre no lo hace nadie: dribla, regatea en una baldosa, se va con el balón pegado al pie, reparte y chuta a gol con una facilidad pasmosa. Eso no lo vamos a ver en un River - Boca. Eso lo tenemos en la Liga española desde hace más de 10 años y no le damos la importancia que realmente tiene tal vez porque estamos mal acostumbrados a estas genialidades de este astro.

Ponemos el grito en el cielo y criticamos a diestro y siniestro que un partido de la Liga española se juegue fuera de nuestras fronteras mientras perdemos el culo por traer aquí una final de la Copa Libertadores. ¿Cómo se sienten todos aquellos aficionados de Buenos Aires, que no tienen posibles para cruzar el charco y seguir a sus equipos? ¿Qué pensarían los aficionados de, pongamos por ejemplo, Real Madrid y F.C. Barcelona, que no pudieran ver jugar a sus equipos en una hipotética final de la Champions League en 2019 que se jugara en el Wanda Metropolitano si les obligaran a viajar, no ya fuera de Madrid, sino fuera de Europa, por ejemplo a Buenos Aires para disputar la final de la antigua Copa de Europa?

Aquí el maldito dinero es lo que gobierna los intereses de los clubes y las federaciones deportivas. No interesan las aficiones.

Hoy se disputa un partido en Madrid que creo que no pasará a la historia por su espectáculo sino por la proeza de jugarlo fuera de las fronteras de los equipos contendientes por la violencia de las hinchadas. Pero en lo deportivo, pasará con más pena que gloria, tan solo por saber cuál de ellos se clasifique al Mundialito de clubes que se juega próximamente, que es lo más urgente, necesario y apremiante para el bolsillo de la FIFA.

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