Roy Batty

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domingo, 25 de septiembre de 2011

La Pulga

Viendo el 5-0 del F.C.Barcelona-At. Madrid de anoche, se agotan todos los calificativos para describir a este fenómeno del fútbol. Y pensar que hay algunos que tienen la osadía de compararlo con Cristiano Ronaldo. ¡Qué barbaridad! Lo visto anoche en el Camp-Nou es un espectáculo indescriptible digno del mejor jugador del mundo de fútbol en la actualidad.
En la previa del partido se hablaba de este nuevo Atlético de Madrid, pero francamente creo que este Atlético es exactamente igual que el de otros años. La explosión de Falcao había desatado una ilusión exacerbada. Ayer el colombiano ni se vio, al igual que todos sus compañeros, superados por una lección de toque y buen fútbol azulgrana.

El dominio del mediocampo azulgrana es apabullante. Xavi es un señor que parte y reparte de una forma prodigiosa. No falla. Si ahora le añadimos a Cesc Fábregas, el dominio en esa parcela es insultante. De ahí arrancan las galopadas del mejor jugador del mundo. Érase un hombre con una pelota pegada al pie izquierdo que dribla a todos los que le salen al paso con una facilidad pasmosa y acaba y coloca el esférico tanto por el palo largo, como por el corto, como por debajo de las piernas del portero. De todas estas formas metió Messi su hat-trick anoche.

Lo de este equipo de fútbol es impresionante. Hay que disfrutarlo y saborearlo. Nunca se ha visto tal nivel de excelencia en el juego como el que desarrolla este Barça. En la orilla contraria, el Real Madrid, a base de individualidades resolvió de forma más abultada que real su compromiso liguero con el Rayo. Cada vez que veo al ansiao Ronaldo querer tirar todas las faltas, todos los penaltis y chupar todo lo posible me produce urticaria. Al igual que ver al baboso de su entrenador  haciendo gestos en la banda y con prepotencia mofarse de un equipo humilde como el Rayo. ¡Qué diferentes comportamientos hay entre Barça y Real Madrid en todos los sentidos! No sólo en juego sino también en comportamientos. Hoy, leyendo la columna de John Carlin en EL PAÍS, éste irónicamente pedía que Mourinho se quedara en España mucho tiempo porque dan mucho juego sus absurdas excusas cuando pierde o empata partidos en contraposición con la Premier League, que se ha vuelta un campeonato mediocre e inofensivo.

A mí no me hacen gracia las explicaciones de un personaje extremadamente soberbio y prepotente, que no admite nunca ningún error. En Valencia, con el Levante, fue tomar dosis de su propia medicina. No va a ser el único frasco que se va a tomar en esta Liga. Vendrán más.

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