La fotografía que ilustra el reportaje titulado "Retrato de familia" de Andrés Trapiello en EL PAIS SEMANAL del 15 de febrero, me parece tremebunda. En octubre del 59, el dictador viene 3 días a la provincia de Ciudad Real, a Santa Cruz de Mudela, donde se cazan más de 4600 perdices y posan para la ocasión. Es lo mismo que decíamos de la foto que Millás sacó hace unos meses titulada "Ahí empezó todo" en la que recordaba las cacerías de hace unos años con constructores y alcaldes. No salimos del rodal. Me reafirmo que esto ha sido siempre "La escopeta nacional", el deporte que ha existido en este país desde tiempo inmemorial. La repugnante foto del dictador y su camarilla lo confirma. Ya podría estar muriéndose el pueblo de hambre, mientras el dictador estaba cazando tranquilamente perdices en Ciudad Real. Esa foto es una de tantas. No en vano, tal como afirman, en temporada de caza el dictador dedicaba unos 20 días al mes a cazar. No había otra cosa más importante que hacer.
Las dos fotografías a las que he hecho referencia tienen en común que, en ambas, creo que el lugar de caza es la Mancha. Han utilizado y utilizan esta región como lugar de paso, lugar de caza y de buenas juergas y comilonas. No hemos cambiado. Es más, el gobierno regional de la ignominiosa señora va a aprobar una ley de caza en la que se multará y sancionará cosas tan peligrosas como andar o ir en bicicleta por los caminos públicos o tan graves como buscar setas, cosas todas ellas peligrosísimas porque espantan la caza. Éstas son las grandes prioridades de este gobierno regional. Podrán morirse los enfermos en las urgencias de los hospitales habiendo plantas cerradas y recortando en medios y personal; podrán morirse los dependientes porque anulan o recortan las ayudas a la Dependencia; podrán irse los jóvenes licenciados, los científicos, los educadores, de su región porque no encuentran salida laboral y porque han despedido a miles de maestros; pero no podrán quitarle los privilegios a unos pocos que utilizan esta región para cazar y no podrán quitarnos los toros. Esto es lo que hay.
Lo dicho. Esto no cambia. Es la España machadiana de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María. Lamentable pero cierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario