2017, el año del monotema

La palabra del año no es aporofobia, como ayer dijeron unos iluminados. La palabra del año es monotema. El año 2017 ha sido el año del monotema: Cataluña, procés, dui, 155 y vuelta y dale. No salimos del rodal. Es agotador. Y todavía no ha terminado. Amenaza con seguir en el 2018. Todo este monotema ha servido para tapar todo lo demás. Mientras se hablaba de esto no se hablaba de los problemas reales de la gente, del paro, de la corrupción, de la violencia machista, de la fuga de empresas de Cataluña y de tantas y tantas cosas que preocupan al común de los mortales. La división o fractura existente en la sociedad catalana lamentablemente creo que tiene visos de irreversibilidad. Es tan profunda la brecha y la fractura abierta que veo difícil solución.

Empiezo haciendo balance por Cataluña. Voy a tratar de ser breve, claro y directo en mi explicación de la cosa y mi punto de vista. No soy imparcial. Si uno se salta la ley tiene que atenerse a las consecuencias. El 27 de octubre de este año unos diputados (70) del Parlament de Cataluña proclaman unilateralmente la Independencia de esa comunidad autónoma de España. Viendo sus caras ese día parecía que asistíamos más propiamente a un funeral que a una fiesta por lo proclamado. Es que se temían lo que se les avecinaba.

Inmediatamente después de esto el Gobierno Central destituye al Gobierno catalán aplicando el artículo 155 de la Constitución y convoca elecciones para el 21 de diciembre. En los días siguientes la justicia llama a declarar a todo el gobierno catalán destituido y a la mesa del Parlament. Hete aquí, que cinco miembros de ese gobierno huyen como ratas a Bélgica, entre ellos el president Puigdemont, un tipo con pelo enfregonado que reside en una mansión o casoplón a las afueras de Bruselas. ¡Ay, Unión Europea! ¿Para qué sirve la Unión Europea si no hay una auténtica Unión Judicial Europea? Si ante una orden de detención y entrega a la Justicia española, no hay una respuesta inmediata y colaborativa de la Justicia belga no podemos hablar de Unión Europea.

El ex-president fugado se considera exiliado (término que en su boca es un insulto a los miles de españoles, muchos de ellos catalanes, que se vieron obligados a exiliarse tras la guerra civil o a emigrar durante el franquismo en muchos países de centro-Europa, incluida Bélgica) y se hace mártir de la causa independentista desde su retiro dorado en Bruselas donde hace campaña electoral.

En España, el resto de miembros de ese gobierno destituido van a prisión provisional. Pero van a prisión por haber declarado la independencia no por vender piruletas o cd's en un top manta en la Diagonal de Barcelona. Es que a algunos se les olvida por qué están en la cárcel y conviene recordarlo. Algunos de los consejeros presos y todos los miembros de la Mesa reculan para salir o evitar la prisión y dicen acatar la ley y la Constitución, pero solo de boquilla porque de 8:00 a 15:00 h acatan la ley pero a partir las 3 de la tarde vuelven con la matraca independentista otra vez. Nadie  del mundo independentista hace autocrítica sobre la situación a la que ha llegado Cataluña por su culpa. No asumen ningún error, no tienen culpa de nada. No les importa que se vayan empresas, que no vengan turistas, que la gente saque el dinero de las entidades bancarias de Cataluña. Siguen erre que erre con la matraca independentista.

El 21 de diciembre se celebran las elecciones y resulta que todos ganan y todos pierden. Me explico. Los independentistas conservan mayoría de diputados en el Parlament con 70 obteniendo 200.000 votos menos que los que no son independentistas. Ciudadanos gana en votos y en escaños. Eso es incontestable. Y del resto de partidos ni una sola autocrítica. Bueno, yo aquí, sí voy a hacer autocrítica de los míos.

El PSC se ha convertido en un partido insignificante e irrelevante en Cataluña al igual que los Comunes y Podemitas de Colau y compañía. ¡Tiene bemoles la cosa! ¡Quién te ha visto y quién te ve PSC! ¿Por qué se ha convertido en insignificante? Pues porque andamos con ambigüedades, vaguedades, equilibrismos que no llevan a ningún sitio, nada más que a la irrelevancia. No somos claros y directos. Nos da vergüenza. Esto la gente lo ve y huye despavorida. Pongo dos ejemplos: 

1. Durante la campaña, la candidata de Ciudadanos ha dicho por activa y por pasiva que si Iceta era el más votado dentro del bloque constitucionalista, ella le daría su apoyo. No existió ninguna reciprocidad por parte de Iceta sino más bien desdén. Esto te hace perder muchos apoyos de gente que antes te votaba. 

2. No puedes decir en campaña que vas a solicitar el indulto de los que están en la cárcel si llegas a President tratando de buscar la comprensión o apoyo independentista. Déjate de florituras. Ningún independentista te va a votar porque digas eso. Y con esto has espantado a otros tantos miles posibles  de votantes.

El otrora granero de votos socialistas que era Cataluña para el resto de España se ha convertido en un espantajo. El cinturón rojo ha pasado a ser el cinturón naranja. Ciudadanos ha hablado claro y directo y por eso ha ganado y ha obtenido un apoyo nunca inimaginable. Es la primera vez que un partido no nacionalista o no independentista gana en unas autonómicas en Cataluña. Todo esto nos tiene que hacer reflexionar. Al mismo tiempo también digo que para mí el mejor candidato socialista hubiera sido José Borrell (no lo digo ahora que el partido se ha jugado, lo llevo diciendo meses o años). Lo que ocurre (y lo llevo reiterando hasta la saciedad) es que Borrell es demasiado brillante para estar en un mundo de mediocres como es la política, tanto catalana como española. Pero Borrell no hubiera cometido esos deslices de Iceta. Ya le recordó en campaña que reflexionara porqué el PSC había perdido tanta gente desde cuatro años atrás en favor de Ciudadanos. Hemos perdido gran parte de nuestra esencia o identidad. El voto de los emigrantes del resto de España a Cataluña que antes votaba en masa socialista ahora vota Ciudadanos porque el PSC le ha abandonado con tonterías de derecho a decidir, soflamas contra el 155 o condescendencia con gente que está en la cárcel por declarar la independencia. Así nos va.

Hecho este inciso propio, termino el asunto catalán afirmando que como decía la canción de Julio Iglesias, La vida sigue igual. Mucho me temo que volveremos otra vez al círculo vicioso: dui-155-elecciones-dui-155-elecciones y así hasta el infinito y más allá. Y ahora añadimos otro término, Tabarnia, para poner frente al espejo a los propios independentistas que echan humo cada vez que oyen esta palabreja. Termino con una acepción del diccionario: rufián. El que hace el tráfico de mujeres públicas. Fig. Hombre sin honor, perverso, despreciable. Como suelo decir: me da angustia velos a tos los independentistas. Las comunidades autónomas gozan de un autogobierno que ninguna región del mundo tiene en ningún país y encima se quejan.

En el resto de política, la cosa sigue igual. Rajoy el PP sumidos en una ciénaga de corrupción, obligado a declarar en los juzgados por la trama Gürtel y no reconociendo nada de lo evidente, dando una patada a seguir y tratando de colocar a jueces afines para que le afinen las sentencias. Nada nuevo bajo el sol. Podemos ha llegado ya adonde iba. Se cargaron a Errejón en enero e Iglesias Turrión ha caído en la insignificancia e irrelevancia política más absoluta con su moción de censura, con su propuesta de referendum para Cataluña y de plurinacionalidad, que le han hecho caer a niveles tan bajos que ya es el político peor valorado de de España por detrás de Rajoy, que ya es decir. Sus comunes han sacado 8 diputados en las elecciones. Pintan menos que un mojón. Y eso que presumían de ser los más votados en las Generales en Cataluña. Y en el PSOE nacional, se celebraron primarias y Pedro Sánchez ganó abrumadoramente y parece que las aguas se han tranquilizado de momento. Se ha rodeado de gente que le fue fiel desde el principio (Ábalos o Lastra) y eso me parece bien para evitar cuchilladas de última hora. Lo que no me parece bien es que ande tonteando con la tontá esa de la plurinacionalidad. Fin de balance político.

En deportes:

Fútbol: el Real Madrid ha ganado 5 títulos este año (Liga, Champions, Supercopas y Mundialito) pero el último partido del año se ha llevado una paliza del Barça en su propio campo. Parece que la flor en el culo de Zidane comienza a marchitarse. Veremos. Messi sigue siendo el mejor del mundo pese a quién pese y por más que se autoproclame el mejor de la historia el chulo y endiosado portugués.

Baloncesto: el Valencia Basket gana la Liga al todopoderoso Real Madrid. La Euroliga la gana el Fenerbahce turco del ínclito Obradovic. El Eurobasket lo gana Eslovenia. España es tercera. El anillo de la NBA se lo llevan los Golden State Warriors.

Ciclismo: Froome gana el Tour y la Vuelta, si bien esta última se oscurece con una sombra de dopaje aún no resuelta. Dumoulin gana el Giro, Sagan el Mundial.

Tenis: Nadal gana por décima vez Roland Garros y termina el año como número 1 del circuito. Eso sí, Federer gana Australia y Wimbledon alcanzando los 19 triunfos de torneos del Grand Slam y convirtiéndose en el mejor tenista de la historia, por si alguna tenía dudas. En chicas asistimos a la entronización de Garbiñe Muguruza que alcanzó el número 1 del ránking mundial. Ganó en Wimbledon.

Atletismo. La noticia del año es la retirada de Usain Bolt. Se celebró un mundial en Londres en el que cayó lesionado y por ende destronado. Ruth Beitia no consiguió medalla y anuncia su retirada.

Natación: El nuevo rey de la natación mundial es el norteamericano Caeleb Dressel digno sucesor de Michael Phelps y ganador de 7 oros en los mundiales de Budapest. En féminas la reina indiscutible es Katie Ledecky.

Balonmano: El F.C. Barcelona gana la liga de calle. La Liga de Campeones la gana el Vardar macedonio. El Mundial lo gana la imbatible Francia de Didier Dinart:

Fórmula 1: Hamilton gana su cuarto título mundial.

Motociclismo: Marc Márquez gana su cuarto título de Moto GP.

Ah, se me olvidaba. En golf, Sergio García ganó el Master de Augusta. Se puso la chaqueta verde, cosa que no hacía un español desde que Olazábal ganó en 1999.

Cine. La La Land gana 6 Óscars pero se queda in extremis sin la estatuilla a la mejor película que se la lleva Moonlight. En Hollywood surge un movimiento de mujeres denunciando los abusos sexuales cometidos durante años por algunos productores o actores, entre los más significados Harvey Weinstein y Kevin Spacey. Se estrena la secuela de Blade Runner y el octavo episodio de Star Wars.

Y esto de forma muy resumida es lo que ha sucedido en este 2017 en los ámbitos político y deportivo principalmente.