Para ilustrar el tema me viene como anillo al dedo aquella frase de Einstein que decía que "hay dos cosas en la vida que son infinitas: el universo y la estupidez humana. Y de lo primero no estoy seguro". Cristiano Ronaldo ha ganado su quinto Balón de Oro, premio con el que la revista francesa France Football galardona, a su juicio, al mejor jugador de fútbol del año. Y estando en ello, el portugués suelta la frase del título de la entrada: soy el mejor jugador de la historia. Y el más modesto, le faltó por apostillar.
No he conocido nunca a un futbolista tan altanero, altivo, ampuloso, arrogante, bravucón, chulo, creído, desdeñoso, egocéntrico, ególatra, fanfarrón, fantasmón, fantoche, fatuo, insolente, jactancioso, narcisista, petulante, prepotente, presumido, presuntuoso, pretencioso, soberbio, vanidoso como este tipo. Se me agotan los calificativos. En todos esos epítetos que he citado antes reconozco que es el número uno, el mejor jugador de la historia, sin duda. Y en tonto y ansia viva también. Es todo lo contrario a la modestia y a la humildad. Además añado el calificativo de llorón. Siempre está lloriqueando, siempre está enfadao, aún ganando, bien porque no ha metido él los goles, bien porque ha fallado o desperdiciado una ocasión. Lo ha ganado todo y siempre está llorando; que si ahora me voy, que si ahora no me voy. Como diría el cansino histórico: auste a la mierda.
Rebato totalmente esa afirmación. Más que nada porque este señor no ha gambeteado, regateado o driblado a adversarios (solo sabe hacer dos bicicletas y mal) con la calidad que lo han hecho genios como Pelé, Cruyff, Maradona o Messi. Marca un gol de falta, con el estilo ese que tiene de folha seca, una vez de cada doscientas oportunidades que tiene de tirar una falta (porque las tira todas, no deja que sus compañeros las tiren). No marca nunca goles de chilena y mira que lo intenta. En eso tiene que aprender de otro antecesor suyo en el Real Madrid de hace treinta años, un señor llamado Hugo Sánchez que metía un domingo sí y otro también de esa forma. Podrá meter todos los goles que quiera, que los mete; podrá ganar todos los balones de oro del mundo, pero de ahí a ser considerado el mejor de la historia va un abismo.
La humildad se tiene o no se tiene. Es algo innato. Este tipo tiene un enorme complejo de inferioridad y es un niño malcriado. No ha madurado ni va a madurar nunca. También hay que decir que muchos medios le doran la píldora y le ríen las gracias pese a mostrarse como un maleducado, que es lo que es, con todos los medios.
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