Ayer, el mexicano Carlos Vela jugó su último partido con la Real Sociedad. Desde hace unos meses anunció su marcha a la liga estadounidense de fútbol, la Major League Soccer, para jugar a principios de 2018. Se despidió en su partido 250 con la elástica blanquiazul anotando el tercer gol de la Real en su victoria ante el Sevilla. Vela ha sido un jugador desequilibrante y me da la sensación que podría haberse aprovechado más su valía, sobre todo en estos últimos meses.
Digo esto porque desde que se conoció su marcha prácticamente ha estado tragando banquillo en lo que llevamos de temporada. Y esto no creo que responda a una decisión puramente técnica. Debe haber algo que no llegamos a alcanzar o comprender.
Carlos Vela es un jugador desequilibrante. Para mí ha sido el que más, después de Messi, claro. ¿Por qué digo esto? En una competición, o en una liga donde se antoja dificilísimo ver a un futbolista driblar, regatear, llevar el balón pegado a los pies y culminar, bien marcando o bien asistiendo a un compañero para marcar, el mexicano ha sido una rara avis dentro de este mundillo tan vulgar. Hay que decir que en los 250 partidos de Vela con la Real Sociedad, ha anotado 73 goles y ha repartido 45 asistencias, guarismos que podían haber sido perfectamente superables porque calidad no le falta.
Su ausencia de inicio en los partidos de la Real durante esta temporada se ha notado y mucho. Vela no es un jugador de treinta minutos o un cuarto de hora final de partido. La Real ha perdido muchos puntos en muchos partidos por no sacar a Vela de inicio. Carlos Vela desequilibra cada vez que toca el balón. No en vano, era el jugador que más faltas recibía cuando jugaba de titular. Por algo sería.
A pesar de todo, su despedida podía haber sido un poco más grande. Habría que haberle sacado de inicio en el que sabes que es su último partido y sustituirle cuando falten unos minutos para recibir la ovación del público. No obstante, hay que desearle lo mejor para el futbolista mexicano, que a bien seguro veremos en el próximo Mundial.
En otro orden de cosas y haciendo balance de final de año, cabe decir que la Real ha mostrado mucha irregularidad y mucha indefinición. Empieza bien los partidos, plantea un juego bonito, con posesión de balón, pero luego en las segundas partes se viene abajo, cede balón y falla mucho en defensa. Hay unanimidad en cuanto a que es uno de los equipos que mejor fútbol despliega pero carece de voluntad para rematar la faena.
La baja de Carlos Vela no es una buena noticia pero los que permanecen tienen condiciones y clase para mostrar un buen nivel. Destaco como más relevante la irrupción por el lateral derecho del joven Álvaro Odriozola que no es ya ninguna promesa sino una excelente realidad, también a nivel de selección. Tanto la punta de ataque como el mediocampo son las líneas más regulares dentro de la irregularidad observada. Sin embargo, la defensa es bastante mejorable con la excepción ya apuntada de Odriozola. Íñigo falla bastante, Raúl Navas me parece más seguro pero no juega y Diego Llorente todavía le falta coger firmeza. El lateral izquierdo también falla y no hay mucha seguridad en esa banda. Y en la portería, Gero Rulli está fallando más de lo habitual.
Esperemos que en el 2018 estén más a tono y no pierdan tantos puntos tontamente como han perdido en estos últimos meses. Tienen equipo para estar muy arriba.
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