Ya está aquí una nueva edición del Tour de Francia, la mejor carrera de ciclismo del mundo. Este año empieza por una decisión tomada deprisa y corriendo, 5 días antes de empezar la carrera, sobre el presunto valor extremadamente anormal por salbutamol de Chris Froome en la pasada Vuelta a España. Un tema así no puede eternizarse durante 10 meses y saldarlo sin dar explicaciones cinco días antes de que empiece el Tour. El caso es que han absuelto al británico y éste podrá correr para intentar ganar su quinto Tour y entrar en el Olimpo de los grandes donde están Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain. No sé, pero se ha resuelto todo de manera precipitada, sospechosa y sin dar muchas explicaciones, cuando la organización del Tour ya le había recomendado no acudir y ex-ciclistas como Bernard Hinault también habían criticado que el británico participase. Hay que aceptar las resoluciones de los tribunales deportivos aunque algunas veces las comparaciones son odiosas como en el caso de la sentencia retroactiva con Contador. Vamos al tema que nos dispersamos. Vamos a analizar primero el recorrido.
Esta edición del Tour tiene un perfil clásico: primera semana eminentemente llana marcada principalmente por llegadas al sprint, aunque con algunas trampas y muchos nervios por tratar de no verse cortados en abanicos terminando esta en un final de clásica de Roubaix para el domingo 15 donde el pavé puede hacer mucho daño y dejar tocados a muchos aspirantes. También decir que en la tercera etapa se corre una contrarreloj por equipos de 35 km que va a marcar principalmente los puestos de la general hasta que llegue la montaña. No sería de extrañar que Porte, Van Avermaet, Küng o Caruso se hicieran con el amarillo durante esos días. Alguien del BMC seguro que lo porta. Son los favoritos para la contrarreloj por equipos.
Una segunda semana donde entramos con alta montaña por los Alpes. Empiezan subiendo el martes 17, La Croix Fry (1ª - 1477), Montée du plateau des Gliéres (HC-1390), Col de Romme (1ª - 1297) y La Colombiére (1ª - 1618). Le sigue al día siguiente un etapón que termina en La Rosiere, un 1ª de 1855 m y donde previamente se han subido dos HC, Les Saisies (1569) y Col du Pré (1748). El jueves 19, la tercera etapa alpina termina en el mítico L'Alpe d'Huez, después de haber subido La Madeleine (HC-2000) y La Croix de Fer (HC-2067). Luego vienen dos etapas de media montaña, rompepiernas que pueden dar mucho juego con final en Valence y Mende para terminar la segunda semana el domingo 22 con final en Carcassonne, como puerta previa a los Pirineos con una subida al Pic de Nore, un 1ª de 1205 metros de altitud.
Entramos en la tercera semana y comenzamos con una etapa con final en Bagneres de Luchon, típica llegada pirenaica, donde antes se ha ascendido dos primeras como son el Col de Menté (1349) y el Portillón (1292) entrando en España. La siguiente etapa tiene final en Saint Lary Soulan Col du Portet, un HC de 2215, el puerto más alto que se sube en este Tour. Es una etapa muy corta, tan solo 65 km, pero con tres ascensiones de infarto: Peyragudes (1ª-1645), Val Louron-Azet (1ª-1580) y el ya referido Col du Portet. La siguiente del jueves 18 es una etapa llana con final en Pau y el viernes 19 los Pirineos se despiden a lo grande con el Aspin (1ª-1490), el Tourmalet (HC-2115) y el Aubisque (HC-1709). El sábado 28 se disputa la penúltima etapa con una contrarreloj de 31 kms, bastante accidentada con una subida corta de 900 m al 10.2 % del Col de Pinodieta que puede desnivelar la carrera por si llegara muy ajustada la clasificación general en ese día.
En fin, un recorrido variopinto, marcado por dos partes claramente diferenciadas: una primera eminentemente llana donde los sprinters y los contrarrelojistas van a tener su oportunidad y una segunda parte eminentemente montañosa con respiros de media montaña donde los generales deben estar al quite.
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