Ha terminado también este fin de semana, la vigésimotercera edición de los Campeonatos de Europa de Atletismo celebrados en el estadio olímpico de Amsterdam. Buen nivel el exhibido, a pesar de algunas ausencias significativas, tal vez debido a la proximidad de los Juegos de Río, como la de Mo Farah, Jessica Ennis, pero se han visto buenas carreras y concursos. Ausente Rusia por el escándalo de dopaje, sorprende que encabece el medallero Polonia con 6 oros, por delante de los clásicos Alemania o Reino Unido. Y sorprende sobremanera las 12 medallas de Turquía. Las nacionalizaciones de atletas africanos y cubanos es lo que produce.
Si hubiera que citar un nombre concreto que se pudiera decir que ha sido el rey o la reina de los Europeos, no se me ocurre ninguno porque Dafne Schippers solo ha competido en 100 y ha ganado con una superioridad aplastante. Si hubiera competido en 200, hubiera ganado igualmente. Esta velocista holandesa va a dar mucho que hablar en los próximos años cuando compita de tú a tú con las jamaicanas y las norteamericanas. Ya he dicho que la velocidad femenina puede tener color blanco en los próximos años. Tiene un futuro esplendoroso.
Si nos adentramos en el fondo y medio fondo vemos los triunfos de nombres que no suenan muy europeos: Mekhissi-Benabbad en 3000 obstáculos, Kemboi Arikan en 10.000 o Tadesse Abraham en media maratón. Representan a Francia, Turquía y Suiza, cuando son un argelino, un keniata y un eritreo de origen respectivamente. Ya he dicho con claridad anteriormente lo que me parece esto de las nacionalizaciones.
En 5 y 10.000 femenino ha ganado una turca llamada Yasemin Can, nacida en Kenia hace 19 años. En fin, no voy a seguir.
De la actuación española destaco la explosión de Bruno Hortelano, la nueva estrella de la velocidad española, cuarto en 100 y campeón en 200, por la descalificación absurda el holandés Churandy Martina por pisar la línea de la calle. Ruth Beitia ha ganado el oro en salto de altura, su tercero consecutivo, y hay una esperanza nueva en 400 vallas con Sergio Fernández, plata en la especialidad y único candidato a superar el longevo record de José Alonso Valero. Oro y plata en 5000 m con los nacionalizados Ilias Fifa y Abdel Mechal, que se beneficiaron de una carrera de bajo nivel participativo. Estaba ausente Mo Farah. Buena actuación de la delegación española, sobre todo con vistas a un futuro prometedor.
Y Polonia encabeza el medallero porque hay un señor que corre los 800 más rápido que nadie, se llama Adam Kszczot; lanzan el martillo más lejos que nadie, tanto hombre como mujer, Fajdek y Wlodarczyk; un señor llamado Malachowski que lanza el disco más lejos que nadie y una señora que corre los 1500 más rápido que nadie llamada Cichocka. La sorpresa viene de encontrarse el oro en pértiga masculina con un señor llamado Sobera, gracias a los tres nulos del decepcionante Renaud Lavillenie.
Muchos de los que se han proclamado campeones de Europa en Amsterdam, los veremos dentro de un mes proclamarse campeones olímpicos. No tienen rivales ni en Europa ni fuera de ella. Me refiero a gente como Fajdek, Malachowski, Wlodarczyk, Schwanitz o Perkovic, lanzadores todos que no tienen rival en su especialidad o es probable el británico Rutherford en longitud. Las pruebas de fondo y medio fondo serán copadas por keniatas, etíopes o pseudo-africanos. Y los sprints por jamaicanos, estadounidenses y puede que se cuele alguna excepción llamada Schippers. Al tiempo veremos.
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