Asisto con cierta perplejidad durante el pasado fin de semana al visionado de imágenes de un tipo que empieza ya a resultar el repelente niño Vicente, porque se lo tiene muy creído. Se ha endiosado de tal forma por las encuestas que han aparecido, que ya tratan de tú al rey de la baraja. El señor Iglesias asiste y ora muy ufano, muy crecidito, muy chulito en sus mítines burlándose del rival y despreciando a Pedro Sánchez como si Iglesias fuera ya el todopoderoso presidente del gobierno de este país. ¡Hay que ver lo que se le ha subido el éxito a la cabeza a este pollo en un año! Mira que voy a tener que darle la razón a Inda, y mira que me jode, cuando dice que estos de Podemos son unos mentirosos y una casta de lo peor. El señor Iglesias en realidad es un charlatán y por ello es el hombre más discreto del mundo, habla, habla y habla... y no dice nada. Pero como está tan subido, se atreve a desafiar a Susana Díaz a un debate, a mentir sobre Canal Sur, a ningunear a Pedro Sánchez con lo de su viaje a Estados Unidos... Pero luego no se te ocurra tocarles a ellos con sus corruptelas y extravagancias porque tienen la piel muy fina y sensible y se enfadan como niños. No se te ocurra criticarle de que cobra en dinero negro en su televisión, o paga salarios misérrimos a sus trabajadores, o que Errejón cobra sin trabajar, o que Monedero factura por una empresa suya más de 400.000 € y no tiene ningún trabajador. Ellos no son casta, son perfectos y Él se nos presenta como el Mesías que va a salvar al mundo de la casta. Estamos hartos ya de Mesías salvadores de la patria y este Iglesias ya empieza a resultar cansino y un falso predicador salvapatrias. Me asusta enormemente que diga que no existe izquierda y derecha, que es un juego de trileros. Un tipo que dice que no existe izquierda y derecha en este país donde hay tanta desigualdad, es un tipo muy poco fiable.
Empieza a causar ya cierto cansancio que este personaje exhiba una prepotencia, una arrogancia, una chulería desmedidas, y todo esto sin haber pasado todavía por las urnas. Si empieza ya así, ¿cómo será cuando tenga alguna cota de poder si es que la alcanza? Todo lo que critica a sus adversarios, resulta que lo tiene él y en toneladas, a raudales. Y ya le empiezan a salir algunos rotos y costurones en muchos sitios. Es lo que tiene convertirse en partido político. Que aparecen castas en todos los sitios donde se organizan.
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