Roy Batty

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sábado, 31 de enero de 2015

No pudo ser

España cayó ayer en las semifinales del Mundial de balonmano ante la todopoderosa Francia por 22 a 26. No se jugó bien y Francia impuso su oficio en este tipo de envites. Los galos son en este deporte campeones del mundo, olímpicos y europeos. Tienen mucho oficio y se las saben todas. Son rocosos en defensa y ayer los hispanos no encontraron la forma de batir al eterno Thierry Omeyer. Otra final más para los incombustibles de Claude Onesta. Esta vez se van a medir al Qatar de Valero Rivera. A este hombre le tienen que hacer un monumento. Ha conseguido llegar a su segunda final de un mundial, de forma consecutiva y con una selección, Qatar, en la que nadie daba un duro por ella, a pesar de ser la anfitriona.



Lo conseguido por Valero Rivera es increíble. Ha conformado un equipo formado por un francés (Roine), un cubano (Capote), un español (Vidal) y cinco serbios (Markovic, Saric, Stojanovic, Damjanovic y  Memisevic) acompañados de buenos jugadores autóctonos qataríes. Parece el encabezamiento de un chiste. Si la IHF permite que se nacionalicen como churros y el resto lo hace el dinero que tienen por castigo el emirato qatarí, pues Valero lo que hace es aprovechar todo esto y crear un equipo de la nada, del desierto y convertirlo en finalista de una Copa del Mundo. Él y no otro es el verdadero artífice del milagro qatarí.

Qatar ya ha triunfado más que todo. Ha invertido muchos petrodólares en patrocinar este Mundial y le ha salido la cosa redonda con la actuación de la selección. Ahora toca que todo este éxito se mantenga en el tiempo y no sea sólo flor de un día. Y eso se consigue manteniendo el apoyo al deporte base, a los clubes y a la Liga qatarí para formar una selección que sea ya una referencia en el mundillo del balonmano en futuros compromisos internacionales.

La final de mañana domingo ya es otra cosa. No creo que Qatar dé la sorpresa venciendo a Francia. Eso serían palabras mayores. Su premio ya está conseguido con llegar a la final, algo impensable hace quince días cuando esto comenzaba. Creo que terminarán imponiéndose la veteranía y oficio de los eternos Karabatic, Omeyer, Guigou, Narcisse, Fernández y compañía que no se cansan de ganar títulos y títulos en esto del balonmano.

Y España lo que le toca es rematar la faena ganando a Polonia por la lucha por la medalla de bronce. Concluiría así una digna participación.


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